Tan rápido como llegó, se irá de la Fórmula 1. El «conducto F», ese alerón mágico que ayuda a volar en las rectas, el elemento que obliga a Fernando Alonso a hacer de hombre orquesta, una mano para tapar el paso del aire, la otra en el volante, el reparto de frenada, el mapa motor... será historia en 2011.

Domingo por la mañana en Montmeló, sólo unas horas para la carrera. En la reunión de la asociación de equipos se debate la idea. No gusta el enorme coste de su desarrollo, lejos del bolsillo de los modestos, tampoco lo que compromete la seguridad, con pilotos obstruyendo conductos de aire con el dorso de la mano o la rodilla, y tampoco le encuentran aplicación para los coches de calle. Total, que se prohíbe. No habrá más «F-duct», el invento de moda esta temporada.

Ya pasó con el «kers», que sí tenía una versión para los vehículos del día a día. El sistema de acumulación de energía se llevaba una millonada en su desarrollo. Después de un año fuera, volverá en el próximo Campeonato.

El nuevo ingenio aerodinámico ideado por McLaren encuentra pocos defensores. «Es una cuestión de coste y de seguridad. El sistema es una obra maestra de los ingenieros, pero hemos visto soluciones un poco exageradas, cuando hay pilotos que terminan conduciendo con la yema de los dedos en lugar de las manos», dice Christian Horner, el jefe de Red Bull.

El alerón entrega una velocidad en la recta que se nota nada más ponerlo en la máquina. Ferrari, que no se venía distinguiendo por eso, tuvo los dos coches con mayor registro en Montmeló. A Massa le contabilizaron 312,2 kilómetros por hora el domingo, y 311,9 a Alonso.

Se trata de una nueva canalización del aire que recibe el coche, un sistema integral que obliga a cambiar el chasis y pasar una nueva homologación de la FIA, de ahí los elevados costes. Una toma en la parte delantera inicia el proceso y el aire termina en la zona posterior para dar carga al alerón. Cuando el piloto tapona la salida de aire, con la mano en caso de Ferrari, la rodilla en Sauber y McLaren, el flujo cesa, el alerón se libera y la resistencia al aire es menor en la recta. El resultado, más velocidad.

Al retirar la mano, el alerón nota el peso del aire y entrega carga aerodinámica para pegarse al suelo en las partes viradas de la pista.

El reglamento no permite alerones móviles mediante sistemas mecánicos, hidráulicos o que se activen con elementos del monoplaza. Como las normas no consideran al piloto parte del coche, el «conducto F» pasó todos los escrutinios de la FIA.

Después de llenar páginas y de provocar titulares, miradas en el paddock y fotos espía a los coches, el alerón mágico, que también se llamó humano por la influencia del piloto, desaparecerá de las carreras.

Ferrari lo estrenó en Montmeló con alguna polémica porque a la velocidad que ganaba en el sector rápido opuso sus problemas en los dos sectores lentos. Han decidido que en Mónaco no lo llevarán. En la pista menos rápida del Mundial, casi sin rectas, las más cortas del Campeonato, la ganancia no merece la pena. Eso dicen los estudios que salen de la factoría de Maranello, donde apuran las horas para garantizar un coche competitivo en la revirada pista del Principado.

McLaren lleva la iniciativa con el alerón humano. Lo llevan desde el inicio, después de meses de desarrollar la idea. Sauber fue el primer equipo que reaccionó, gracias a que De la Rosa llegó con la idea desde la escudería de Woking. Luego vino Ferrari y ahora Mercedes y Williams han desarrollado un concepto similar, pero que no requiere la acción del piloto. Todo quedará en papel mojado para 2011. Demasiado costoso y poco seguro para la nueva Fórmula 1.