Gijón, Nacho AZPARREN

La desesperada llamada de auxilio del presidente de la Comunidad Autónoma de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, no debería sorprender. La pasión que el político cántabro imprime a sus discursos políticos es aplicable también a una de sus pasiones más encendidas: el fútbol.

El mensaje al público sportinguista es similar al que mandara hace un año de cara al decisivo encuentro de los de Preciado ante el Recreativo. Aquella epístola titulada «¡Al ataque como Furaco!» fue toda una declaración de amor a los colores rojiblancos y le valió para recibir el trofeo «Gesto Sportinguista» por la Federación de Peñas. Posteriormente sería la peña Los Tres Ases la que premiaría la fidelidad de Revilla. El cuadro que le regaló la peña aún preside su despacho. Ahora, el presidente cántabro vuelve a repetir fórmula en busca del mismo resultado.

En el universo Revilla pocas cosas le restan importancia al deporte rey. Ni siquiera una cumbre con alguno de los líderes más destacados del planeta. Si en la última jornada del año pasado la celebración en Santander del Día de las Fuerzas Armadas le impidió acudir a El Molinón a seguir el partido, en esta ocasión la cumbre entre la Unión Europea y México amenaza su presencia, al menos en la primera parte del partido. A la cita acudirán el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso; el presidente de México, Felipe Calderón, y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

Revilla, como buen anfitrión, deberá despedir a sus invitados a pie de avión a las siete en punto de la tarde, justo cuando el balón se ponga en movimiento en El Sardinero. Pero el presidente cántabro ya ha pensado cómo seguirá el encuentro. «En el coche oficial, mientras me dirija al aeropuerto con Zapatero, iremos escuchando el partido», explicaba ayer a este periódico. Ni la previa se quiere perder.