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El rictus serio de Pichi Lucas al final del encuentro escondía una lectura positiva del mismo, con un resultado que mantiene intactas las opciones del Real Oviedo. «Seguimos igual de ilusionados que antes de este partido. Sabíamos que, pasara lo que pasara, al final iba a decidir el Tartiere. Y así será», explicó el técnico oviedista.

A partir de esa primera lectura positiva del resultado, el entrenador hizo un análisis completo del choque: «Ha sido un partido muy disputado con muchas alternativas en el juego. En la primera parte su juego directo nos hizo demasiado daño, hay que reconocer que el Pontevedra estuvo más acertado que nosotros en la primera mitad, pero en la segunda parte mejoramos y llegamos a tener el partido controlado».

Para Pichi Lucas la clave llegó con el segundo tanto del Pontevedra, que decidió el encuentro. «Hasta el empate el partido estaba en nuestras manos pero el segundo gol suyo nos hizo daño. Su tanto ha llegado en una jugada puntual que ha deshecho el empate cuando estábamos más cerca nosotros del gol», matizó el preparador. A pesar de todo, el entrenador dio pistas para el optimismo por una simple razón: «Lo que queríamos era marcar fuera de casa y en ese sentido nos vamos satisfechos».

A muchos de los presentes en Pasarón les sorprendió la sustitución de Manu Busto en el momento más caliente del choque. Lucas explicó al respecto que «el cambio de Manu Busto se debe a un golpe que sufrió en el gemelo. El campo estaba un poco duro y hemos sufrido algún problema físico al respecto». Lucas no dejó pasar la ocasión de animar el encuentro de vuelta. «Este tipo de eliminatorias hay que encararlas con paciencia. Sabemos que son partidos de 180 minutos y pocas cosas se resuelven el partido de ida. Evidentemente todos deseábamos un resultado diferente al que hemos conseguido pero aún queda un partido decisivo en nuestro campo y ante nuestra gente».