Cangas de Onís,

J. M. CARBAJAL

Nacido en Arriondas, criado en Arenas de Cabrales y con residencia en Cangas de Onís, Carlos Moro Peruyero triunfa por todo lo alto en la Tercera División, más concretamente en las filas de la Peña Deportiva Santa Eulalia, en Ibiza, club en el que cumple su tercera temporada. El conjunto pitiuso quedó segundo clasificado en el grupo decimoprimero, por lo que se encuentra inmerso en estos momentos en las eliminatorias de ascenso a la Segunda División B, categoría en la que militó la pasada campaña. En esta primera eliminatoria el Santa Eulalia de Moro perdió el encuentro de ida por 2-1 en el feudo del Almería B.

Sin embargo, lo que llama poderosamente la atención de Carlos Moro es que ha encajado muy pocos goles en la actual competición liguera, cuando tan sólo resta una jornada para la finalización del campeonato liguero. El cancerbero asturiano ha recibido únicamente catorce goles en los treinta encuentros que disputó bajo los palos de la portería de La Peña; en tanto, el otro guardameta del conjunto ibicenco, Eneko Loinaz, vio perforada su portería en cuatro oportunidades en los restantes ocho partidos jugados con el conjunto de Santa Eulalia. Unos números que ponen de manifiesto el buen momento del joven portero asturiano en esta campaña.

«A nivel personal está siendo mí mejor temporada. Jornadas atrás mantuve una racha de ocho partidos consecutivos sin recibir ni un solo gol. Sin duda, fue mi mejor racha y, creo que también la de de mi club, en cuanto a minutos sin encajar ni un tanto», explica Moro, de 27 años, que llegó hace tres campañas a la Peña Deportiva Santa Eulalia de la mano del que fuera entrenador de la entidad en aquel momento, el cangués Damián «Dani» Mori Cuesta. Forjado en las categorías inferiores del Cánicas AC, a las ordenes del entrenador «Luisón» Sarmiento, perteneció a la disciplina del Ribadesella, en Tercera División, para posteriormente iniciar su aventura en las islas Baleares.

Carlos, hijo de «Taté» Moro, quien fuera también portero del Cánicas AC y nieto de Manuel Moro, ex técnico del Cánicas y Cabrales, entre otros clubes, tuvo uno de los coeficientes más impactantes de todo el fútbol español, en lo concerniente a las categorías de ámbito nacional, ya que presentó una media de 0,4 goles en contra por partido disputado en la recién concluida competición liguera. Sólo mejoraron esas estadísticas otros tres guardametas, y todos ellos encuadrados en clubes de la Tercera División: Álex, del Jerez, en el grupo XIV; Berni, en la riojana SD Oyonesa, líder del grupo XVI; y el leridano Craviotto, de L´Hospitalet, encuadrado en el grupo V. Se encuentran en «top ten» de los cancerberos del futbol español.