Avilés, Albina FERNÁNDEZ

El Avilés cerró ayer con un entrenamiento informal y un pincheo en La Toba una temporada en la que llegó a ilusionar a la afición. La directiva está pendiente de que renueven los jugadores que interesan, mientras que la plantilla y el cuerpo técnico esperan que se cierre totalmente el curso con el pago de las mensualidades pendientes.

El club ya comunicó al canterano Roberto Bastida que puede optar entre quedar libre o ir cedido la próxima temporada. El joven centrocampista avilesino acaba el contrato con el Avilés a finales de junio y ya tiene varias ofertas de equipos de Tercera. El portero Javi Riesgo, cedido esta temporada primero al San Martín y posteriormente al Praviano, volverá a ser cedido a un equipo que le garantice los minutos que necesita. El resto de los canteranos, junto con los defensas Moisés y Lozano, siguen en el club.

Los jugadores se fueron de vacaciones con deberes y recomendaciones en materia de nutrición y de recuperación de lesiones. El preparador físico, Carlos Calleja, entregó a cada uno un programa de entrenamiento dividido en dos fases. La primera va hasta el 30 de junio y es de regeneración y descanso para que cada jugador trabaje aspectos físicos concretos. La segunda, del 1 al 18 de julio, es un trabajo de adaptación para que los futbolistas lleguen a la pretemporada con un nivel básico de condiciones. «El 19 de julio podría ser una buena fecha para empezar si empieza la liga a finales de agosto», explicó Calleja.

Y es que los técnicos, pese a que aún no se firmó nada, confían en seguir y tienen adelantada la planificación de la próxima temporada. «Hay un acuerdo verbal y estamos de acuerdo en todo. Sólo falta cerrar este año en todos los aspectos, porque para abrir una etapa hay que cerrar otra, y luego es cuestión de seis minutos. La idea que tenemos todos es la de mantener este bloque de jugadores para seguir con el trabajo iniciado y no tener que empezar de cero», concluyó Calleja.