Oviedo, N. L.

El motociclismo español está empeñado en ejercer un dominio tiránico este año en el Mundial, y al triple de victorias logrado hace tres semanas en el GP de España (Jerez) unieron ayer otro triplete de triunfos en el GP de Francia en el mítico circuito de Le Mans. Los protagonistas en uno y otro caso fueron los mismos: Jorge Lorenzo (MotoGP), Toni Elías (Moto2) y Pol Espargaró (125 centímetros cúbicos). El de ayer es el quinto triplete en la historia del motociclismo español y el segundo en Le Mans tras el logrado en 2003 con Sete Gibernau, Dani Pedrosa y nuevamente Toni Elías como protagonistas. Además, Lorenzo, Elías y Nico Terol, segundo ayer en el octavo de litro tras Espargaró, son los líderes provisionales del mundial en todas sus categorías.

El joven Pol Espargaró (Derbi) fue cronológicamente el primero en subirse al podio, logrando su segunda victoria consecutiva del año en una carrera que nuevamente tuvo un único protagonismo español. Y es que junto a Espargaró subían al cajón Nico Terol (Aprilia) y Marc Márquez (Derbi). Quinto era Efrén Vázquez (Derbi) tras superar en la última curva al británico Bradley Smith, en tanto Tito Rabat cruzaba la meta en séptima posición.

Toni Elías no ha tardado en coger la medida a la nueva categoría de Moto2. En Le Mans repetía la victoria de Jerez y estos 25 puntos le valen para convertirse en el nuevo líder del mundial y para ratificarlo como máximo aspirante a la corona.

Tras Elías se clasificó otro español, Julián Simón (Suter), campeón del mundo de 125, que ayer estrenaba chasis, y tercero fue el italiano Simone Corsi (Motobi).

El hasta ayer líder del campeonato, el japonés Shoya Tomizawa (Suter), se fue al suelo al comienzo de la prueba y no pudo terminar una accidentadísima carrera en la que nada menos que catorce pilotos rodaron por los suelos.

Otro español, Alex Debón (FTR), se puso primero al comienzo de la carrera, pero fue penalizado por mover la moto en el momento en el que el semáforo se puso en verde. Debón fue castigado con un paso por la calle de los garajes y ahí perdió todas sus posibilidades. Al final fue decimosexto.

Y a la tercera, Jorge Lorenzo; que conseguía la victoria más fácil de las que ha logrado en tres temporadas ante el nueve veces campeón del mundo y su compañero en Yamaha Valentino Rossi.

La cruz fue para Dani Pedrosa (Honda). El de Barcelona estuvo la mayor parte de la prueba en tercera posición para hundirse en el último giro y perder dos plazas a manos de su compañero el italiano Andrea Dovizioso (Honda), y el estadounidense Nicky Hayden (Ducati).

Rossi, que tenía la pole, fue el mejor en la salida seguido por Pedrosa y Lorenzo, que ayer sí estuvo fino en los primeros metros. Tras ellos, Hayden, el australiano Stoner (Ducati), los italianos Melandri (Honda) y Dovizioso, el francés De Puniet (Honda) y el estadounidense Edwards (Yamaha).

Lorenzo dio cuenta de Pedrosa en las primeras curvas y los dos formaron un grupo con Rossi y Stoner. El australiano se cayó en la tercera tras hacer vuelta rápida; Pedrosa hizo la vuelta rápida en la cuarta, pero, poco a poco, empezó a descolgarse de los dos pilotos de Yamaha.

El estadounidense Ben Spies (Yamaha), debutante en MotoGP este año y campeón del mundo de Superbikes, se fue al suelo en la séptima, y el italiano Loris Capirossi (Suzuki) se paró por problemas mecánicos en ese giro.

Entonces, Lorenzo abrió las hostilidades contra Rossi, y a una pasada del español en las dos enlazadas de final de recta, el transalpino respondió con otra de escalofrío. Esto benefició a Pedrosa que los alcanzó, pero por poco tiempo, pues los de Yamaha tenían más ritmo.

En el duodécimo giro Lorenzo pasó al ataque. Pasó a Rossi y a ritmo de vueltas rápidas fue poniendo tierra entre ambos. En seis vueltas ya contaba con cuatro segundos de margen y había sentenciado la carrera. Rossi aseguraría tras la ceremonia que tenía problemas de agarre en su máquina.

Lorenzo ganó la partida a Rossi y lo celebró también de una manera especial, sentándose ante una de las pantallas gigantes del circuito a comer unas palomitas mientras veía la repetición de la llegada. Puro marketing, pura lucha de nervios entre los dos más grandes.