El futuro del Oviedo está lleno de incertidumbres. La decisión del máximo accionista, Alberto González, condiciona los planes de un consejo de administración cada vez más dividido. Alberto González anunció el pasado mes de octubre su decisión de apartarse de la gestión del Oviedo como consecuencia del juicio en el que estaba envuelto por un presunto fraude a Hacienda, juicio que fue aplazado en su día y que todavía no tiene fecha de celebración. Centro de las críticas de la afición, Alberto González se apartó, de manera oficial, pero siguió llevando las riendas del club junto con el vicepresidente económico, Ángel Martín Vaca.

Ahora, con la temporada finalizada y la afición cada vez más radicalizada en contra de su gestión, las intenciones del máximo accionista no pasan por poner a la venta sus acciones. En su día manifestó que no dejará al club hasta que alcance la meta que se propuso en su día, dejar al equipo en Primera División, y sigue pensando lo mismo.

Esa intención del máximo accionista choca con una parte del consejo de administración. El presidente, Dámaso Bances, y los consejeros Ataúlfo Valdés y José Costas consideran que la única solución pasa por que Alberto González se aparte de manera definitiva. De no ser así están dispuestos a abandonar el club, con lo que el consejo se quedaría con sólo tres miembros, una situación «legal» aprobada en la pasada junta general de accionistas.

La situación económica obligará a la entidad a acometer una reducción de capital, y es posible que también vaya acompañada por una ampliación de capital para obtener fondos, ya que a pesar de tener pendiente de cobrar del Ayuntamiento el tercer plazo de las marcas, el club necesita recursos financieros para poder cubrir un presupuesto semejante al de esta temporada.

La ampliación de capital, teniendo en cuenta las intenciones del máximo accionista, es la única puerta para poder propiciar un cambio de rumbo en el club. La mayoría de las acciones está en poder de Control Siglo XXII, con un paquete que supone el 39,36 por ciento. Después figura el Ayuntamiento de Oviedo, con el 21,27 por ciento, seguido del paquete de Celso González, con el 14,04 por ciento, y de Paco Gómez, con el 2,34 por ciento.

El capital social del club es de 4.716.855, correspondiente a 171.522 acciones, con un valor de 27,5 euros cada una. El capital de la ampliación lo decide el consejo, por lo que todos los mecanismos legales le garantizan su control. Todo cambiaría si el Ayuntamiento de Oviedo, segundo máximo accionista, interviene. Por ahora se mantiene al margen.

El aspecto deportivo es otra de las incógnitas que falta por despejar, en especial en lo que se refiere al futuro de Pichi Lucas. El club ya inició los primeros contactos para que el técnico siga, pero éste se muestra reacio y supedita su continuidad a que se produzcan cambios en el club.

Con todos estos frentes abiertos, el Oviedo tiene que empezar a despejar su futuro, cada vez más en el aire.