Oviedo, Nacho AZPARREN

Una hora después del partido ante el Pontevedra, en la tensa espera hasta que la policía despejó la salida del aparcamiento del Tartiere, la escena protagonizada por los jugadores azules era desoladora, especialmente la imagen de Aulestia. Con las manos en la cabeza, el guardameta vasco seguía dándole vueltas a la eliminación azul sin encontrar ninguna explicación coherente. En el fondo de su pesar, planeaba la duda en cuanto a su futuro. El club cuenta con el meta para el próximo proyecto, pero él no lo termina de ver tan claro. «No sé qué pasará con mi futuro inmediato, todavía no he hablado con nadie del club. Todo está en el aire», explica con un tono de voz bajo, aún dolorido por la eliminación del domingo.

Ya han pasado varios días desde la eliminación, tiempo suficiente para analizar el fracaso. Aulestia se expresa con sinceridad cuando se le pregunta sobre el papel oviedista en la temporada. «Nuestro objetivo era ascender a Segunda y no lo hemos logrado», contesta escuetamente. Donde ve más razones para el optimismo es en la planificación del conjunto azul de cara a la próxima temporada: «Ahora mismo existe una base sólida para formar un equipo competitivo, aunque haya cosas que mejorar. Esperemos que el que se quede pueda hacer las cosas bien y devolver al Oviedo a Segunda, que es donde mínimamente tiene que estar este equipo. Luego el colofón sería ascender a Primera».

A medida que su discurso avanza, a Aulestia se le ve más involucrado en el futuro inmediato del equipo. Como si hablar del futuro eliminará por unos momentos el dolor del pasado reciente. «Yo aquí estoy muy a gusto, siempre lo he dicho. Espero seguir aquí y ascender a Segunda con el Oviedo», subraya.

Aulestia entra en el grupo mayoritario de jugadores que termina contrato el próximo 30 de junio (tan sólo restan ocho jugadores con contrato en vigor). Su posible marcha supondría un varapalo para los aficionados azules que le han erigido en símbolo en los tiempos difíciles que ha vivido el club en las últimas temporadas. Para la parcela deportiva, la salida de un jugador de su peso también supondría una complicación. Los números hablan por él: en la actual temporada Aulestia ha jugado en 37 partidos de Liga, dos de Copa del Rey y los dos de la eliminatoria de ascenso, un saldo notable. «Es cierto que he jugado mucho, pero no sé si este dato influirá en mi renovación», asevera.

Aulestia finaliza su intervención con una frase que suena a reto personal: «A todo el mundo le dolería dejar este equipo tras el batacazo del domingo». Una sentencia de la que se intuye que aún tiene trabajo por hacer en Oviedo.