Entrenador de fútbol; padre y representante de Diego Castro

Fernando Castro Santos (Poyo, Pontevedra, 20-2-52) es un hombre polifacético. Pero antes que nada es un hombre de fútbol. Por eso este entrenador gallego que ahora ejerce en Portugal es el mejor asesor de su hijo Diego Castro. Desde hace un tiempo es también su representante. Ahora rompe su silencio para aclarar cuál es la situación en la que se encuentran las negociaciones para la renovación del interior izquierdo, máximo goleador rojiblanco de esta temporada con diez tantos y último ganador del trofeo «Molinón de plata», con el que la afición le reconoció como el mejor futbolista de la pasada temporada.

-¿Cómo están las negociaciones para definir el futuro de Diego Castro?

-Al no haber un acuerdo de renovación se busca, lógicamente, lo que es mejor para las partes. En ese proceso estamos. El jugador es consciente de que tiene un año más de contrato y de que cualquier alternativa que se plantee necesita el parabién del Sporting. Por ahí andan las cosas.

-¿Está rota la negociación con el Sporting?

-No digo que esté rota. Simplemente, está un poco alejado el ofrecimiento del club de la pretensión del futbolista. Esto forma parte de la vida profesional de los futbolistas de los clubes. Ésta es una situación muy normal que se da con muchos futbolistas, y cada uno defiende sus intereses. Es lícito, humano y lógico que Diego quiera progresar también en sus emolumentos, en sus contratos y en sus aspiraciones deportivas.

-¿Se puede reconducir esta negociación?

-En fútbol lo que no se hace en un año se arregla en un día, pero yo creo que el tema se ha dejado escapar en su momento y no ha sido por nuestra parte. Todavía estoy esperando a que me llamen desde que se le entregó el «Molinón de plata», cuando me citaron para hablar. El Sporting no nos trasladó una oferta de renovación hasta que no hubo terminado la temporada. Por lo tanto, no es Diego el que ha generado este problema. Estuvimos todo el año esperando una oferta que sólo llegó hace unas semanas.

-¿Se refiere usted a la primera oferta?

-Efectivamente. La oferta se le hizo ahora, cuando acabó la temporada. Después del partido de Santander. Fíjese la cantidad de tiempo que hubo durante todo el año para haber abordado el tema, cuando además la situación se veía venir. Y no quiero que suene a crítica hacia el club, que está en su derecho de manejar los tiempos como quiere.

-¿Esa oferta se acerca a las aspiraciones de Diego Castro?

-Es ligeramente superior a lo que ahora mismo tiene. No mucho. Y Diego es uno de los jugadores que menos cobran en el equipo.

-¿Están muy alejados?

-Creo que esa oferta no se corresponde con su rendimiento. Y no hablo de este año, sino de los cuatro que lleva en el Sporting. Parece razonable que Diego, como cualquier otro compañero, aspire a ganar en función de su rendimiento. Él, además, ha tenido muy buen comportamiento en todos los órdenes. Nadie puede discutir que ha sido un jugador comprometido, que incluso ha jugado con problemas físicos.

-¿Cuántas temporadas?

-No sé ha llegado a hablar. Podrían ser tres o cuatro, pero no hemos profundizado en ese tema porque estábamos muy alejados.

-¿Se le valora más en otras latitudes?

-Yo no digo que no se le valore en el club. Yo no sé si se puede hacer un esfuerzo o no, si tienen tope salarial... En eso yo no me meto. Cada club tiene derecho a escoger la política salarial que crea oportuno, pero también tienen que respetar las opiniones que nosotros podamos tener en defensa de nuestros intereses.