Innsbruck (Austria),

Roberto MORALES

La selección española cosechó dudas en el primer amistoso camino al Mundial de Sudáfrica al lograr un triunfo alejado de la brillantez de su fútbol habitual, en un encuentro que salvó sobre la hora un cabezazo de Fernando Llorente y que dejó el primer gol del asturiano David Villa como barcelonista y la nota positiva del regreso de la mejor versión de Andrés Iniesta.

Regresó la selección al estadio Tívoli, donde inició el camino hacia la gloria de la Eurocopa. Y lo hizo sembrando dudas. De la misma forma que en aquella Eurocopa con el primer amistoso, en Huelva ante Perú. Desajustes, piernas agarrotadas por la carga física de la primera semana tras una dura temporada y una ambición rebajada por tratarse de un amistoso. Factores que unidos provocaron un extraño arranque. Con España sin superar la línea de presión del rival y Arabia Saudí reivindicando calidad técnica en el trato con el balón.

No se había cumplido el primer minuto y una cesión de Ramos a Casillas acabó en córner. Síntoma de desconcentración. Del Bosque había apostado por un equipo que perfectamente puede iniciar el Mundial. Con cinco centrocampistas por la ausencia de Fernando Torres y la novedad principal en el lateral izquierdo, en el que Arbeloa sentaba a Capdevila.

España despertaría cuando sus «jugones» del centro del campo se adueñasen del balón. Para ello, fue clave la movilidad de Silva. Su aparición entre líneas. Y sobre todo la recuperación del mejor Iniesta. Gana en autoestima y ritmo para dejar en el olvido sus problemas musculares del final de temporada.

Sin encontrar el camino hacia la portería rival, la sorpresa saltó cuando una mala salida de Casillas en un saque de esquina la aprovechaba el central Osama para rematar de cabeza a gol a los 16 minutos. El capitán hacía años que no sentía tanta presión. La llegada de Víctor Valdés aumenta la competencia y debe responder en el campo, recuperar el mejor de sus niveles.

No era un espejismo, poco antes se había visto superado Casillas tras un fallo en el repliegue de Piqué. Al Numare, con todo a su favor, disparó al lateral de la red. Para ganar estaba claro que a España no le valdría con el nombre.

Le faltaba velocidad en el juego a la Roja, que comenzó a tocar para generar ocasiones. Acarició el gol Sergio Ramos con dos testarazos a saques de esquina. Uno lo estrelló en la madera. Quien no falló fue Villa en una conexión con Iniesta, de la que disfrutará el Barcelona la próxima temporada. Caracoleó pegado a la banda izquierda Iniesta, que puso un balón medido al Guaje que, de cabeza, lo colocaba en la escuadra.

Comenzó a imponerse la diferencia de calidad. Piqué pudo marcar, pero controló mal y Villa rozó el palo tras una pared de manual con Iniesta. Llegaba el descanso con mucho que corregir, pero no se notó sobre el césped en la segunda mitad. España saltó al campo con los mismos defectos.

Dominaba España, pero no chutaba a puerta. Lo intentó Xavi, desviado, y tuvo más acierto Xabi Alonso, con un derechazo ante el que tardó en responder el meta Waleed. Cuando lo hizo, el balón se había alojado en la red. Quedaba media hora de partido y Del Bosque probó el plan b.

Cambió el registro, probó con extremos, con la entrada de Navas y Pedro, que debutó, como Javi Martínez. Y apostó por Fernando Llorente como rematador. Acabó salvando el partido después de que Al Sahlawi se aliase con la fortuna en un disparo sin aparente peligro que rebotó en Piqué y se envenenó para convertirse en el empate.

El cabezazo de Llorente cuando el partido se despedía esquiva el recuerdo a jugadores ausentes. El miércoles nueva prueba ante Corea del Sur y entonces ya podrían estar Torres y Cesc en el equipo.