Madrid

El ya ex entrenador del Real Madrid Manuel Pellegrini aseguró en una entrevista realizada antes de regresar a su país, Chile, que esperaba su destitución porque era una decisión que estaba ya tomada desde hace meses. Pero curiosamente no lo esperaba desde el momento en que el Madrid cayó en la Copa frente al Alcorcón sino que se sintió sentenciado nada menos que cuando la Liga prácticamente no había hecho mas que empezar.

El técnico chileno señaló que «en la segunda jornada de Liga, en septiembre, ya supe que no seguiría en el Real Madrid pasase lo que pasase. En esa jornada ganamos 0-3 al Espanyol, pero dejé en el banquillo a Cristiano Ronaldo, Raúl y Lass. Desde ese día supe que el presidente no se sentía identificado con el proyecto deportivo que proponíamos».

Pellegrini indicó que siempre tuvo el apoyo de Valdano, Pardeza y Butragueño y de Zidane, pero asegura , en declaraciones al diario As, que la dirección deportiva «no tuvo autoridad para impedir las ventas de Robben y Sneijder. Yo pedí a un mediocentro creador y a un jugador específico para la banda derecha, pero esos refuerzos no llegaron».

El técnico sudamericano asegura que no admitió ninguna injerencia en su trabajo, e indicó que el problema es que «en el Real Madrid el entrenador no tiene mando, ni siquiera el director deportivo».

Pellegrini reconoce que le costó dejar fuera del equipo a Raúl, «uno de los jugadores más inteligentes que dirigí en mi carrera» y niega que descuidase la cantera. «No se puede exigir que triunfen en el Madrid chavales que juegan en Segunda B y ni siquiera ahí están en la zona alta de la clasificación».

El que también fuera entrenador del Villarreal dice que «en Madrid se me ha criticado por todo. La culpa siempre era de Pellegrini», pero advierte de que el «tiempo dará valor a lo que logré. El nuevo entrenador deberá hacer 100 puntos para mejorarnos la nota». En cuanto a la forma empleada para destituirle, dijo que «no entendí que me tuvieran diez días esperando para despedirme cuando sabían, nada más acabar el partido ante el Málaga, que la decisión era irrevocable. No fue muy ético tenerme así mientras esperaban a cerrar lo de Mourinho».