Oviedo, Á. FAES

Vibraba ya la Nueva Condomina entre olés cuando Piqué golpeó en largo algo más atrás del centro del campo. Controló Xavi como pudo y se la dio a Villa. Balón al primer toque hacia la banda izquierda. Llegaba Iniesta en carrera. Lo para con la zurda, lo cambia a la bota derecha. Corre. Acaricia con el exterior, se acerca a la zona comprometida y lo manda, con la parte de afuera del pie, al corazón del área pequeña. Llegaban Xavi y Villa como obuses. Desde la segunda línea, como les gusta ahora decir a los entrenadores. Ahí se tiró también un defensa de Polonia, Dudka. Gol de España. Golazo para abrir el recital frente a un grupito de amigos que nunca se enteró de qué iba la fiesta.

Debía ser el número 38 del Guaje en la selección, el que le acercaba un poco más a los 44 de Raúl, todavía el primer cañonero del equipo nacional. Así lo decían los rótulos de la televisión pública y tal parecía según la celebración. En la red, todo internet festejaba al asturiano. Al día siguiente, división de opiniones en las crónicas. 1-0, minuto 11: Villa, decían unos. 1-0, minuto 11: Dudka, en propia puerta, escribían en otros medios. El comentarista de televisión llegó a pedir que cesaran los mensajes explicando que el tanto había sido del polaco. Se ve que hay muchos que todavía quieren ver a Raúl ahí arriba, negando la evidencia de que, tarde o temprano, acabará cayendo del pedestal a manos de un tipo de Tuilla.

El acta despejó las dudas. El griego Michalis Koukovlakis dijo que había sido el polaco el último en tocar. Por televisión dio también esa sensación, aunque las repeticiones no lo aclaraban del todo. A Villa le hace especial ilusión convertirse en el máximo goleador de la historia con la camiseta de España. No lo airea a los cuatro vientos pero es así. No merecería su siete ni el puesto de delantero titular si no fuera así. Hace mucho que dejó atrás a Hierro, Morientes, Butragueño... Y su media anotadora es mucho mejor que la de Raúl. Sale a más de medio gol por partido (0,63) y el todavía capitán del Madrid se queda en 0,43.

España le colocó seis a Polonia, que no estará en el Mundial y se lo toma con calma (y tanta) para estar a punto en la Eurocopa que organiza junto a Ucrania en 2012. Villa mantiene los pies en el suelo. No quiere falsa euforia. «Nos conocemos muy bien y queremos ganar el Mundial. Sabemos la fórmula, la que nos hizo ganar la Eurocopa. Pero siempre pensando partido a partido, sin excesos de confianza».