Un grano de trigo no hace un montón, ni dos granos, ni tres, ni cuatro. Ni cinco. Ni seis. ¿Cuántos granos de trigo hacen falta, se preguntaba Eubúlides, para formar un montón? O, de otro modo, si tengo un montón de trigo y le quito un grano, sigue siendo un montón, lo mismo que si le quito dos, tres, o cuatro. O cinco. O seis. ¿Cuántos granos de trigo tengo que quitarle a un montón de trigo para que deje de ser un montón? Si con un solo pelo en la cabeza se podría decir que soy calvo, y también lo soy con dos pelos, o con tres... ¿Cuántos pelos tengo que tener en la cabeza para no ser calvo? O, de otro modo, si se me cae un pelo, o dos, o tres, no me quedo calvo. ¿Cuántos pelos he de perder para que se me considere calvo?

¿Cuántos grandes jugadores hacen falta para formar un gran equipo? Un gran jugador como Messi no hace un montón, ni dos centrales como Puyol o Piqué, ni tres centrocampistas como Xavi, Iniesta y Busquets. ¿Cuántos granos de trigo tiene que perder el Barça para dejar de ser el mejor equipo del mundo? Sin Messi, el Barça jugó un excelente partido en San Mamés. Contra el Mallorca, no jugará Villa. ¿Y si el Barça hubiera perdido a Iniesta tras la entrada de Amorebieta? ¿Cuántos pelos debe perder la cabeza azulgrana para que podamos decir que el Barça es un equipo calvo de ideas y de juego? ¿Dos? ¿Tres? ¿Siete? ¿Once? Todos los que llevan más de dos años esperando que el Barça deje de ser un montón y deseando que el equipo de Guardiola se quede calvo tendrán que seguir esperando. De momento, la única cabeza con problema de pelos es la cabeza de Guardiola. El Barça está por encima de los sofismas de Eubúlides.

No es cuestión de granos de trigo o de pelos. Decía el filósofo Otto Neurath que los seres humanos somos marineros que tienen que reconstruir en alta mar su barco, sin poderlo desarmar jamás en un dique y rehacerlo con sus mejores piezas. Los marineros del Barça reconstruyen en alta mar (en San Mamés, o donde toque) su barco, sin poderlo desarmar en un dique porque el fútbol no para ni un segundo, ni tampoco rehacerlo porque la plantilla es corta y es la que es. El Barça, a diferencia de Los Otros, no es una simple suma de granos de trigo, por eso sigue siendo el Barça cuando pierde algún grano. Tampoco es un equipo preocupado por la caída del cabello. El Barça navega en alta mar reconstruyéndose cuando es necesario. Otros ya están pensando en rehacer su barco en el mercado de invierno.