Gijón, Rubén DÍAZ

Lora era consciente nada más salir de la ducha al final del choque contra el Valencia de que el Sporting había tirado los tres puntos por el sumidero de El Molinón en un inicio falto de tensión. «El partido lo hemos perdido en los diez primeros minutos, cuando hemos encajado los dos goles. Es incomprensible. No encontramos explicación a cómo hemos salido así al campo. Nosotros sabíamos que teníamos que empezar con todo para hacer un buen partido, pero no sé, en dos jugadas nos hicieron ese par de goles que nos dejaron bastante tocados».

El lateral madrileño reconoce que carecieron de ideas para desarrollar su fútbol. Especialmente, en los primeros cuarenta y cinco minutos. «En la primera parte estuvimos muy imprecisos con el balón. No jugamos con cabeza. No estábamos nerviosos, pero carecimos de la serenidad necesaria para llevar a cabo nuestro juego. Luego, en la segunda parte, el equipo ya apretó al rival, pero la desventaja que teníamos era grande. Al Valencia le bastó con dedicarse a defender y buscar algún que otro contragolpe. Y nosotros tampoco fuimos capaces de crear ocasiones de gol claras».

El polivalente futbolista no busca excusas y reconoce que en el saque de esquina que dio origen al primer gol estuvieron muy deficientes defendiéndolo. «Botan un córner y en la zona del primer palo no somos capaces de despejar. Según me han comentado hay un bloqueo a un defensa nuestro y por eso logra rematar solo Mehmet Topal. La verdad es que es un fallo nuestro y tenemos que corregirlo para que no vuelva a ocurrirnos».

Lora admite que el Valencia les pasó por encima en la primera media hora de encuentro y que ahí radicó la derrota. «Han sido muy superiores a nosotros en la primera parte. Han empezado a tocar muy rápido y a nosotros nos costaba llegar a los balones. Todavía no sabemos el porqué. Habrá que ver el partido y comentarlo en conjunto. Ellos se han sentido muy superiores en esos minutos y nos han castigado con los dos goles. Luego tampoco creo que hayan hecho nada más. Aunque con ese marcador a favor suyo tan tempranero tampoco lo necesitaban».

Se conjuraron en el vestuario al acabar la primera mitad. Pero no fue suficiente. «En el descanso hablamos y dijimos que en el primer tiempo, por nuestra culpa, lo habíamos hecho muy mal. Pero que había que olvidarlo porque si lográbamos hacer un gol las cosas iban a cambiar porque nos permitiría engancharnos al partido. Lo buscamos para que se pusieran nerviosos. No entró esa ocasión de Barral. De lo contrario les hubiéramos complicado el partido».