Gijón, Á. C.

El sentir en la junta directiva rojiblanca sigue siendo de preocupación. El empate ante el Levante no ha dejado contentos a los dirigentes, aunque los tibios aplausos de la afición al término del partido sirvieron para reforzar las dudas que tienen sobre el banquillo. Conscientes de que la grada está apoyando al equipo por encima del rendimiento que hasta ahora ha obtenido, este hecho no es suficiente para que dejen de plantearse una alternativa para renovar el banquillo. Ha costado mucho regresar a la Primera División, y no están dispuestos a renunciar a ello. El club está muy agradecido a la labor que ha realizado Manuel Preciado durante estos cinco años, pero la entidad debe prevalecer por encima de cualquier nombre. Aunque quieren ser positivos ante esta delicada situación, esta actitud tiene ciertos límites. La próxima visita a La Coruña podría ser el punto de inflexión, como la pasada semana dejó claro el entorno del máximo accionista, José Fernández. No sumar ningún punto podría llevar al cambio de entrenador antes de las Navidades.