A falta de la guinda que supondría el fichaje de Armenteros y de la salida de un puñado de descartes, el Sporting 2011-12 ya está hecho. Los técnicos se han movido rápido para mantener el bloque de la temporada pasada y para reforzar las posiciones que se quedaron más cojas. Falta la gran decisión del verano: ponerle cara al sustituto de Diego Castro. Todos los indicios apuntan hacia el extremo argentino del Sevilla Emiliano Armenteros. Lo cierto es que el equipo de Preciado no necesitaba de grandes retoques. El Sporting ha tomado ventaja sobre algunos de sus rivales y dentro de tres semanas comenzará la pretemporada con casi todos los futbolistas que finalmente estarán en el club.

El mercado de futbolistas parece este verano más frío que nunca. La crisis ha llegado al fútbol español. Los fichajes galácticos parecen cosa del pasado y las cesiones se han convertido en una moneda de cambio habitual. Además del Sporting, el Real Madrid, el Getafe, el Sevilla de Marcelino y, sobre todo, el Málaga son los equipos que más se han movido. Puede decirse que sus plantillas también están prácticamente cerradas. Todas menos la del Málaga, cuyo propietario quiere dar un salto de calidad al equipo a golpe de talonario.

La situación económica está tan apurada, que la mayoría de los clubes se centra más en aligerar su vestuario que en incorporar caras nuevas. Las plantillas se han sobredimensionado con la vuelta de los numerosos futbolistas que habían sido cedidos durante la temporada pasada. Al Valencia, por ejemplo, han regresado ocho futbolistas a los que club che tendrá que buscar acomodo de nuevo. Al Sevilla han vuelto seis, y al Málaga, otros ocho. La vuelta de los cedidos es un problema serio, al que no son ajenos los dos grandes. El Madrid tiene que buscar salida al polémico Royston Drenthe y el Barcelona a Henrique, Keirrison y Hleb, tres de los fichajes más extraños de los últimos años en el club azulgrana.

Otro mercado que se abre es el de los futbolistas que están sin equipo. Tal parece que al fútbol le sobran jugadores. Cada día son más los futbolistas que, tras quedar libres, se encuentran con serias dificultades para colocarse en otro club, incluso asumiendo bajar de categoría.

Por arriba, el Madrid tiene el equipo prácticamente cerrado y sólo le falta la guinda galáctica que supondrían Agüero o Neymar. Sahin, Altintop y Callejón fueron fichados con la premura del que tiene el trabajo adelantado. El Barcelona, por su parte, amaga mucho, pero no golpea. La opción Rossi se ha ido al garete, aunque parece que Alexis ya viaja hacia la Ciudad Condal. El club azulgrana no ha sido capaz de cerrar acuerdos que parecían sencillos con el Sporting por José Ángel ni con el Hércules por Kiko Femenía.

A la sombra de los grandes, se viven tiempos de cambio de ciclo en Sevilla y la revolución de cada verano en el Atlético de Madrid. El Valencia, por su parte, apuntala el proyecto de Unai Émery, permanentemente cuestionado.

Por abajo, los modestos aguardan agazapados a que los grandes comiencen a soltar lastre. Las condiciones mejoran para los equipos humildes a medida que se acerca el cierre del mercado y los grandes comienzan a sentir la urgencia por aligerar sus plantillas.

De todos, el que peor lo tiene es el Racing de Santander. El conjunto cántabro vive una época convulsa, inmerso en una crisis económica e institucional que puede afectar seriamente al proyecto deportivo. Sin entrenador y sin haber cerrado fichaje alguno (es el único equipo que no ha fichado a nadie junto a Barcelona, Real Sociedad y Granada), el Racing pelea estos días por su supervivencia. Habrá que ver qué proyecto deportivo es capaz de confeccionar el eterno Pernía.

Los recién ascendidos traen un poco de todo. El Rayo Vallecano llega de Segunda con una crisis a varios niveles que lo ha llevado a solicitar el concurso de acreedores esta misma semana. El Betis, como en sus viejos tiempos, se ha visto en Primera y ha sacado pecho a pesar de las limitaciones económicas de los últimos años. Y el Granada amenaza con convertirse en un nuevo rico gracias a la colaboración con el Udinese, que le permite acceder a jugadores de primer nivel.