La tercera edición del campus de fútbol de Josu Uribe abrió ayer sus puertas en las instalaciones del camping de Deva, y lo hizo con un día espléndido y 86 niños y niñas de 5 a 14 años, dispuestos a aprender y a divertirse durante un par de semanas con su deporte favorito.

Llama la atención la presencia ya notable de niñas, una docena en total, dispuestas a demostrar que lo pueden hacer tan bien como cualquier chico. El campus se prolongará hasta el día 19, y de sus bondades logradas en tan sólo dos ediciones previas es una muestra los doce niños llegados de León o algún otro procedente de Madrid y Palma de Mallorca.

Durante los próximos días los presentes vivirán unas jornadas de intenso trabajo futbolístico bajo la supervisión de Uribe y de los monitores Fernando Rey, Hugo López, Napoleón y Sende. De los 86 niños del campus alrededor de una treintena pernoctará en las mismas instalaciones del camping, el resto deberá estar allí a las nueve de la mañana, ya que el programa se inicia a esa hora y se prolonga hasta las siete de la tarde. «La mañana se dedicará totalmente a la práctica futbolística, con entrenamientos de técnica individual y colectiva y trabajo específico para los porteros», indicó Josu. Por la tarde habrá otras actividades, entre ellas, por supuesto, competiciones de fútbol entre los propios participantes con el fin de tratar de poner en práctica las enseñanzas matinales. Pero también habrá tiempo para otro tipo de actividades, como senderismo, balonmano, natación, etcétera, aprovechando las instalaciones del camping.

En esta jornada inaugural se registró una notable presencia de padres y familiares de los niños, invitados al acto inaugural y a presenciar las primeras actividades del campus.

Algo imprescindible en cualquier campus que se precie es la presencia de algún jugador de Primera División, que siempre supone un aliciente para los niños. En este caso fue Rubén Suárez, el ex sportinguista y actual jugador del Levante, que no sólo estuvo en la jornada de ayer sino que también compartirá alguna hora hoy y también mañana. Junto a Rubén acudió su padre, Cundi, desconocido para todos los niños, pero muy aplaudido cuando se le presentó. Muchos de ellos se quedaron sorprendidos cuando Uribe les dijo que Cundi jugó en la selección española e incluso estuvo en un Mundial.

Cundi tuvo una palabras para todos ellos, recomendándoles que disfrutasen y aprendiesen, que hicieran caso a los entrenadores y, «sobre todo, que siguiesen aplicándose en los estudios».

Menos desapercibida pasó la llegada del árbitro César Muñiz Fernández, encargado también de dirigirles unas palabras para hacerles ver la importancia del respeto a la labor arbitral y la difícil tarea de éstos.

El campus está en marcha y los niños, dispuestos a aprovechar su presencia en él.