El ex jugador y técnico del Real Oviedo Hortensio Fernández Extravís, «Tensi», falleció ayer en la capital asturiana a la edad de 64 años. Tensi estaba ingresado desde el pasado sábado en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias como consecuencia de un derrame cerebral, que fue calificado de irreversible desde el primer momento. Aunque los médicos le mantuvieron las constantes vitales durante casi 48 horas no pudieron evitar el trágico desenlace a media tarde de ayer. El cadáver le será entregado a la familia a las diez de la mañana de hoy, una vez que se le extraigan sus órganos de los que él había decidido ser donante. A partir de ese momento el cadáver será trasladado al tanatorio de El Salvador, de Oviedo, en cuya sala 5 quedará instalado hasta mañana que será trasladado hasta la iglesia de San Juan el Real, donde se celebrará el funeral de cuerpo presente a partir de las 5 de la tarde. A continuación sus restos mortales será incinerados en El Salvador.

El estado del ex jugador y ex técnico del Oviedo acaparó ayer la atención de la mayoría de aficionados azules y asturianos. Incluso desde fuera de Asturias fueron innumerables las llamadas recibidas en el club interesándose por su evolución y muchos de sus antiguos compañeros y amigos estuvieron ayer en el Hospital acompañando a su mujer, Gloria y sus dos hijas, Verónica y Vanessa.

Tensi nació el 22 de diciembre de 1946 en Las Piezas (Langreo), localidad en la que se inició en el mundo del fútbol. Posteriormente jugó en el Troya y en el Alcázar de Sama. El Oviedo se fijó en él cuando iba a finalizar su etapa de juvenil y le fichó el 30 de diciembre de 1964. Ahí inició una intensa relación con el club azul que se prolongó durante casi 40 años hasta 2003, fecha en la que dejó el club.

Tensi fue jugador del Oviedo durante trece temporadas, desde la 1965-1966 a la 1977-1978 en la que se retiró como jugador. Posteriormente fue técnico del club. Dirigió a los dos equipos juveniles y al Vetusta, con el que disputó la fase de ascenso a Segunda B y fue también segundo entrenador durante varias temporadas, etapa que inició con Radomir Antic en 1994.

En la temporada 1965-1966, Tensi debutó con el Vetusta, que jugaba en Tercera División. Fue el 3 de octubre de 1965, en el Carlos Tartiere, ante el Luarca, encuentro que finalizó con victoria del Vetusta por 4-0. Esa temporada, tras jugar 17 partidos con el filial, con el que marcó dos goles, dio el salto al primer equipo, siendo entrenador Antúnez. Fue el 3 de abril de 1966, ante el Racing de Santander, en el Tartiere, en Segunda. La alineación del Oviedo fue la integrada por Alarcia, Tono, Tensi, Marigil, Ribot, Manolet, Elósegui, De Diego, Juan Miguel, Calleja y Prieto, encuentro que concluyó con victoria del equipo cántabro por 1-2.

Tensi puso fin a su etapa de jugador con 31 años y el Oviedo le ofreció un partido homenaje. Tensi eligió al Sporting como rival para su despedida, un encuentro que se disputó el 27 de agosto de 1978 en el Carlos Tartiere y que concluyó con victoria del equipo rojiblanco por 0-3. Fue un ejemplo de entrega al Oviedo, al que dedicó la mayor parte de su vida. Su etapa como técnico del primer equipo coincidió con uno de los momentos más brillantes del club en Primera División. Los jugadores de su época le recuerdan como una persona amable y cordial, el mismo carácter que imprimió a su vida que se apagó ayer.

A Toni Cuervo, una de las referencias del Oviedo que recibió a Tensi, se le venía a la cabeza el muchacho apocado que apareció por un vestuario plagado de futbolistas hechos y derechos. «Era un crío cuando llegó y apenas se atrevía a hablar. No había visto a nadie tan tímido pero tenía unas condiciones increíbles. Los veteranos nos dimos cuenta de que había que cuidar a aquel chaval porque tenía madera. Se demostró con el tiempo porque fue el mejor central que tuvimos mientras yo jugué. Como persona era un santo», cuenta Toni Cuervo, con problemas para contener la emoción.

Pronto se dio cuenta Tensi de que si quería hacer carrera en el Oviedo debía fijarse en veteranos como Toni Cuervo o Julio Marigil, dos jefes de vestuario que le apadrinaron y le enseñaron el camino correcto. «Vino asustado, era el tipo de chaval al que había que cuidar porque valía mucho la pena como futbolista y como persona», explica Toni Cuervo, que tiene muy presente la radiografía del Tenis jugador: «Un defensa muy completo. No muy rápido, pero con mucha visión del juego y que sabía anticiparse».