El mierense Benjamín Noval (Saxo Bank) y el gijonés Carlos Barredo (Rabobank) fueron los dos únicos ciclistas asturianos que corrieron el Tour y regresaron ayer a Asturias. Lo hicieron ayer al mediodía en vuelo de París al Principado. A su lado llegó el también el ex ciclista Chechu Rubiera, que si bien esta vez ya no corrió el Tour, sí estuvo presente en la ronda e incluso subió varios puertos en bicicleta acompañando a patrocinadores de su ex equipo Radio Shack.

Benjamín Noval (Mieres, 1979) tiene ya la experiencia de seis Tours a cuestas. En dos ayudó a la victoria de Armstrong, en otro se retiró por una caída, y también colaboró en otras dos victorias de Contador.

Con respecto a esta edición, en la que Contador no pudo repetir triunfo, dijo que «No vengo decepcionado porque las circunstancias de carrera fueron en contra de Alberto. El primer día me caí yo y Contador, a mi rueda, se libró por poco, pero con tanto desconcierto perdió 1:20, una desventaja que no entraba ni en las peores previsiones. Luego, tuvo problemas en una rodilla por las caídas y lo pasó muy mal. Viéndole como acabó, sin el día malo del Galibier, estaba casi para ganar. Lógicamente la dureza del Giro de Italia también le pasó factura», señala.

Noval, que estaba acompañado de su esposa, Sara, tiene claro que «la llegada a los Campos Elíseos, acostumbrados a ir tirando del maillot amarillo, antes con Armstrong y otros dos años con Alberto, fue distinta y no tan alegre. Aunque acabar allí una gran carrera siempre tiene algo especial. Contador también se lo tomó bien y me comentaba que otros años no se daba cuenta de que al entrar en el circuito final se rodaba tan rápido. Era lógico porque Alberto iba con la tensión de acabar en cabeza y ganar el Tour. Fue una experiencia diferente para todos nosotros, que arropamos a un campeón. La valoración tiene que ser positiva, aunque algo agridulce porque el resultado no fue el esperado».

A sus 32 años, Noval ya está curtido en muchas batallas y también en las de asumir las críticas hacia el equipo. «Esta vez no hubo un equipo superior porque había mucha igualdad, salvo la buena estrategia del Leopard, de los hermanos Schleck, el día del Galibier. Así, en el Tourmalet, en un grupo de treinta, Contador tenía cinco compañeros, con Dani Navarro y Cris Horner haciendo un gran trabajo. Y en las etapas llanas se le defendió y arropó. Es verdad que siempre se puede mejorar, pero duelen las críticas que dicen que no tenía equipo cuando vienen de gente que no ve el trabajo oscuro que se realiza o son malintencionadas con el fin de desestabilizar al grupo», argumenta el mierense.

Benjamín Noval, que es amigo y compañero de habitación de Contador, añade que «nos hemos partido el cuello por Alberto y hemos dado el cien por cien. Yo estoy contento de cómo trabajé, especialmente en las primeras doce jornadas, que era mi misión en llano, y en el equipo me lo reconocieron. Sé para qué me llevaron y cumplí con creces porque me encontré bien, salvo los últimos cuatro días debido a un forúnculo, del que igual ahora me tienen que operar». El mierense reconoce que a Contador «le tuvimos que animar varios días porque en Pirineos estaba muy mal por culpa de sus molestias en la rodilla. Alberto es tan grande que hizo etapas excepcionales como la de Alpe d'Huez, cuando al día anterior había tenido el desfallecimiento en el Galibier». En cuanto a Samuel, Noval explica que fue protagonista del Tour junto con Alberto y si no tiene la pájara del Galibier hubiera acabado seguro en el podio. Igual otra oportunidad como la de éste año de acabar en el podio de la general no la tiene porque estaba en muy buena en forma. La montaña y la etapa es fenomenal».