Oviedo, J. I. CASTAÑÓN

Estela García gastaba fama de guapa, ingenua y buena chica, pero con la cabeza a pájaros. Ayer salía a la luz, a falta del contraanálisis, que ha dado positivo en el pasado Campeonato de España. Un positivo que, a diferencia de lo que el gran público suele pensar, le causó no una mejora en su rendimiento, sino un empeoramiento del mismo en Málaga. «Sí, he dado positivo con un diurético y el CSD me ha echado de la residencia Blume hace dos semanas, me han quitado la beca, todo, hasta seguir con mis estudios en Madrid. Creo que no hay derecho, quiero que la gente se entere de cómo tratan a los deportistas», comentó, dolida, ayer la velocista ovetense desde Barcelona, donde está a la espera de elaborar un comunicado en el que relatará los pormenores de su atípico caso y adonde se ha ido a los 22 años con ánimo de dar un golpe de timón a su vida.

Estela García avanza sobre su positivo que se fue a una farmacia y, como tenía problemas de retención de líquidos y se veía hinchada (problemas de los que eran ya conocedores los responsables de la Federación Española cuando tenía el período menstrual), se compró un diurético genérico. «Contenía furosemida y, como está en la lista, di positivo. Sí, yo no lo niego, claro que lo tomé». Y corrió el Campeonato de España, donde si no era la máxima favorita al triunfo, se contaba que obtuviera una medalla. Sin embargo, empeoró notablemente su marca, puesto que en el Europeo sub-23 había realizado 23.87 y en Málaga fue quinta con 24.50. El diurético había dejado sin fuerzas a Estela. Y esa falta de forma fue la que esgrimió la Federación para eliminarla del relevo nacional 4x100 metros cuando los hechos parecen contradecir las causas que alegó la Federación que preside José María Odriozola en la medida que ya eran conocedores del resultado del control antidopaje en el Nacional y estaba preseleccionada pese a lo ocurrido en Málaga.

No obstante, lo cierto es que los diuréticos pueden servir para enmascarar esteroides anabolizantes, un consumo al que se la vinculó indirectamente en la «operación galgo», donde la juez la exoneró de cualquier relación con la trama, a través de una conversación interceptada por la Guardia Civil de su preparador, Pascua Piqueras, que remitía no a su etapa madrileña sino a la inmediatamente anterior de Asturias, cuando Pedro Pablo Nolet la entrenaba, un preparador con el que jamás dio positivo y que siempre la ha defendido a capa y espada. Estela se considera ovetense, aunque nació en Vilanova i la Geltru y no era extraño verla en el podio con una bandera de Asturias cuando arrasaba en el medallero de categorías inferiores. Sin embargo, el año pasado, harta de no recibir nada a cambio, siempre según ella, se plantó y se cambió a la Federación Castellano-Leonesa. Un hecho que sentó muy mal en la Asturiana, que siempre consideró ilegal ese cambio de ficha porque había puesto Zamora como lugar de residencia, cuando no tenía vinculación alguna con la provincia castellana. «Ya sé que no tengo amigos en la Federación, pero tampoco me extraña, puesto que nada me dieron y con este positivo nada espero», zanjó.

La sanción para Estela es de dos años, salvo que logre demostrar que fue un despiste. Un despiste que a nadie le puede extrañar conociéndola, según sus amigos, pero que ya le ha costado muy caro.