Poseer tanta calidad también tiene sus contras. Aunque sea una cuestión de indecisión. Juan Mata se enfrenta a uno de los veranos más ajetreados de su carrera. En el panorama tiene dos citas, ambas ineludibles si dependiera de él. En junio España deberá defender en Polonia y Ucrania el Campeonato de Europa conquistado hace cuatro años en Austria y Suiza. Mata es uno de los fijos en la lista de Del Bosque y salvo desgracia tendrá un billete asegurado.

En agosto España optará a una de las medallas en los Juegos Olímpicos de Londres, su nueva casa. A Mata le hace especial ilusión la conquista de un torneo que ha alcanzado junto a sus compañeros de la sub-21. Si de él dependiera, lo tendría claro. «Ojalá pueda jugar los dos. Si me dejan, yo estaría encantado. Si tengo que elegir, no sé lo que haré», se sincera.

Curiosamente, la salida de la Liga española ha coincidido con un mayor peso en el equipo de Del Bosque. Tal y como le ocurrió a Silva, Mata disfruta ahora de más minutos con la selección. «Hay 25 jugadores con una calidad impresionante, la competitividad es feroz. Últimamente he jugado más, pero es una situación similar a la que me pasó en Valencia: soy joven y tengo que aprovechar mis oportunidades cuando surjan».

Mata sólo encuentra halagos cuando se refiere a la labor de Del Bosque en el conjunto nacional. «Vicente, aparte de ser un entrenador genial, sabe gestionar un vestuario perfectamente. Ya lo hizo en el Madrid en una época con muchas estrellas y lo demostró en la selección. Es una persona muy normal, cabal. Así ha llegado al éxito», comenta con admiración.

Mata cita al Madrid de soslayo. Su salida del equipo blanco le abrió las puertas del fútbol de primer nivel, pero cortó un sueño que había empezado a fraguarse con 15 años, cuando aterrizó en la capital desde el Requexón. ¿Volverá algún día Mata a vestir la camiseta del Madrid? «No lo sé, no lo sé...», contesta; «acabo de llegar a Londres, sólo pienso en triunfar aquí. Ahora sueño con la Premier League, la Liga de Campeones, la Copa o la Curling Cup».

Si hay un equipo que estuvo cerca de lograr que no se fuera a Inglaterra fue el Barcelona. El conjunto azulgrana sonó como pretendiente en verano, pero Mata no lo vio claro: «Nunca me vi en el Barça. Hubo rumores, pero la única oferta real fue la del Chelsea. Llegó una importante propuesta que el Valencia no podía rechazar y para mí era un destino perfecto para crecer».