Las primeras 26 horas de Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza como campeones del mundo se consumieron entre aviones y terminales de aeropuertos. Una paliza recompensada por el recibimiento de familiares, amigos e integrantes del club, el Feve Kayak Oviedo, a su llegada a Asturias. En el cierre de su segundo año triunfal, la pareja astur-gallega se plantea un período de descanso antes de volver al tajo con el objetivo de siempre: ganarlo todo.

Álvaro Fernández Fiuza, que vive en Oviedo con su esposa asturiana, Laura, y su hijo Álvaro, se tomará un mes de descanso absoluto. Walter Bouzán, por muy campeón del mundo que se sienta, tendrá que seguir dando el callo. El próximo fin de semana, para atender el compromiso con uno de sus patrocinadores, tendrá que viajar hasta Isla Guadalupe (México) para participar en una competición de surf-ski, en la que ya ha hecho sus pinitos con bastante éxito.

El presidente del Feve Kayak Oviedo, Pepe Rubiera, movilizó a directivos, técnicos y palistas del club para recibir como se merecen a Bouzán y Fiuza. Celebraban tanto este último éxito, en Singapur, como una temporada que deparó otro triunfo en el Descenso del Sella, un subcampeonato de Europa y el campeonato de España. «Bienvenidos campeones», se podía leer en una pancarta sujetada por palistas del club.

Bouzán y Fiuza coincidieron en que su victoria en la prueba del domingo fue una de las más cómodos desde que están juntos, pero no se llaman a engaño. «Salió todo bien, quizá porque estamos más acoplados, pero hay gente que viene muy fuerte y que nos lo pondrá difícil el año que viene», declaró el riosellano, que pese a estar viviendo el mejor momento de su carrera deportiva nunca despega los pies del suelo: «Ser campeón del mundo está muy bien, pero cuando vuelva de Isla Guadalupe tendré que volver a trabajar en la obra».

Para Walter Bouzán, la experiencia de Singapur ha sido fantástica, pese a las dudas por las condiciones en que tuvieron que competir: «Salimos con mucha cautela, sobre todo después de ver los pajarones que habían pillado muchos palistas en el K-1 por el calor y la humedad. Así logramos llegar muy fuertes al final». Ayer, roto por el cansancio, todavía no había podido valorar del todo el alcance de su éxito, pero ya pensaba en la próxima temporada, que culminará con el mundial de Roma.

«Otro año de ensueño». Así resumía Álvaro Fernández Fiuza lo ocurrido en la temporada que acaba de finalizar, con unos resultados que le reafirman en su decisión de formar tándem con Walter Bouzán. «Es muy difícil ganar el mundial dos años seguidos», declaró un palista que lleva tres títulos consecutivos, ya que también logró el campeonato del mundo de K-2 en 2009 junto al zamorano Emilio Merchán.

Tan convencido está Fiuza de que ha encontrado su sitio que descarta cualquier intento de lograr una plaza en los Juegos Olímpicos de Londres. «Haré pruebas de pista porque nos vienen bien, pero en 2012 seguiré centrado en el maratón», recalcó el gallego, que tiene su plaza de policía en Oviedo.

Junto a los dos palistas llegó a Asturias Juan Carlos Martínez, seleccionador español de maratón, que hacía un balance positivo del mundial. Pese a la retirada de Manuel Busto y el quinto puesto de Iván Alonso en el K-1 senior, España ganó el título por naciones.