La locura llegó en el minuto 93 de partido. Guinea Ecuatorial empataba a un gol ante Senegal y se le escapaban dos puntos de un encuentro que tenía en su mano. Fue entonces cuando la selección coanfitriona tiró de orgullo y casta y logró la victoria gracias al gol de un asturiano, el jugador del Langreo David Álvarez Aguirre, «Kily». «Fue una jugada que inicio conectando con Juvenal, la abre a la banda a Balboa, recibo el pase de Javi y la puse ahí. No pensé en ningún momento que me fuera a salir tan bien ni tan fuerte el disparo», señala Kily. Y es que la alegría del gol acabó con el sufrimiento de un partido que se les había puesto muy cuesta arriba, tras tenerlo controlado durante 88 minutos. «Fue una locura desatada vencer en el descuento. Había sido un palo muy duro el empate después de luchar todo el partido. Pensé que acabaríamos perdiendo», afirma. Pero no fue así, y el gol de Kily supuso la clasificación para cuartos de final a falta de un encuentro.

Nacido en Avilés en 1984, la relación de Kily con Guinea Ecuatorial es por medio de su padre biológico, aunque nunca lo ha conocido ni, destaca, tiene interés en hacerlo. «Mi padre es el que está conmigo, el que lo ha estado siempre y con el que vivo ahora en Morcín», comenta el jugador. Formado en las categorías inferiores del Real Oviedo, tuvo el honor de ser el jugador que inaugurase en 2003 el registro goleador de los azules en Tercera División. Ahora disfruta en Ganzábal de su segunda etapa y no piensa en marcharse. «No me ha llegado aún ninguna oferta. Estoy muy cómodo en Langreo y ni por un ofrecimiento de Segunda B me iría. Tendría que ser algo muy bueno para ambas partes», comenta.

El próximo partido de Guinea Ecuatorial será un trámite ante Zambia pasado mañana, a las 19.00 horas. Con la clasificación para cuartos de final, Kily no pone metas: «A seguir soñando y disfrutar de la competición. No ponemos límites a nuestra ilusión».

Y es que la experiencia está siendo única para el jugador del Langreo. «Nadie contaba con nosotros y ahora nos respetan. Ya no somos la "flojita" de la Copa de África. Es increíble el ambiente y como está de volcada la gente. La gente ya está durmiendo en el aeropuerto de la capital para recibirnos», concluye.