Aunque nunca le gustaron las estadísticas, los números de Manuel Preciado al frente del Sporting hablan por sí solos. Han sido cinco temporadas y media (en concreto cinco años, siete meses y once días), un total de 2.190 días en los que Preciado dirigió 232 partidos oficiales del Sporting, con un balance de 78 victorias, 55 empates, 97 derrotas, 267 goles a favor y 321 en contra. No pudo alcanzar a Novoa (282 partidos oficiales), el entrenador que más partidos ha dirigido en la historia del club gijonés (se quedó a 50), pero asciende al segundo escalón del podio tras superar a su vecino Vicente Miera (215 partidos oficiales).

Hasta que los resultados lo devoraron, Manuel Preciado ha ido cumpliendo los objetivos marcados. El éxito llegó siempre vinculado al sufrimiento, pero así consiguió un ascenso, tres permanencias y una histórica victoria en el Santiago Bernabeu contra un Real Madrid en plena tensión competitiva para pelear por el título de Liga ante el Barcelona.

El Sporting de Preciado nunca se arrugó ante los grandes y así consiguió dos hitos que tuvieron repercusión internacional. El primero fue en El Molinón, ante un Barcelona lanzado que había batido el récord de 16 victorias consecutivas. El Barça de Guardiola no pudo con el Sporting y firmó el empate gracias a un gol de Villa en los minutos finales que evitó la victoria rojiblanca. La segunda gesta fue aún más sonada. El Sporting dio la campanada en el Paseo de la Castellana, donde un gol de Miguel de las Cuevas hizo hincar la rodilla al Real Madrid de Mourinho. El portugués, en sus diferentes equipos, había logrado encadenar 150 partidos sin perder como local.

Ésas fueron las luces, pero también hubo sombras. El Sporting de Preciado tenía demasiados rasgos en común con su entrenador, era un equipo anárquico, desordenado, imprevisible, de carácter. El propio técnico reconoció hace unas pocas semanas que su equipo estaba acostumbrado a moverse en el barro. La permanencia lograda en la primera temporada tras el ascenso fue especialmente milagrosa. El Sporting batió un registro histórico en el fútbol español al lograr salvarse habiendo recibido 79 goles. Para ello necesitó sumar nueve puntos en los tres últimos partidos.

Los números también tienen su lado amargo para el técnico cántabro. Manuel Preciado es el entrenador con peor porcentaje de victorias en Primera División. Ha dirigido 186 partidos en esta categoría, de los que ha perdido 88 (contando sus dos etapas en el Racing de Santander y en el Sporting), es decir, un 47%, casi la mitad de los jugados.

Manuel Preciado acudirá esta mañana a Mareo para despedirse de los que fueron sus futbolistas durante las cinco últimas temporadas y media. Con muchos de ellos consiguió establecer unos vínculos que sobrepasaron lo profesional para alcanzar el grado de amistad. Sin embargo, el buen ambiente del vestuario también se ha enturbiado esta temporada. La plantilla actual no tiene nada que ver con algún grupo de muchachitos a los que Preciado tuteló para convertirlos en un equipo.

Lo que nadie le puede discutir al técnico cántabro es que su paso por el Sporting ha dejado una honda huella. Su gran fuerza ha sido siempre el respaldo social. Su discurso campechano y muchas veces soez lo acercaba a una afición cansada de mitos intocables. Así se ganó el apelativo del «entrenador del pueblo». Su trágica historia personal, con la pérdida de su mujer y su hijo, acabó de granjearle las simpatías de una hinchada necesitada de alegrías. Es cierto que Preciado llegó a un Sporting gris y que fue capaz de devolverle la sonrisa, como prometió en su presentación. A su marcha se la ha llevado consigo.