El Cairo, Agencias

El campo de fútbol de la ciudad egipcia de Port Said se tiñó ayer de sangre tras una pelea entre las hinchadas del Al Ahli, de El Cairo, y el equipo local, el Al Masri, que acabó en tragedia. Al menos 74 personas murieron y 188 resultaron heridas -según el Gobierno egipcio- por estos enfrentamientos. Otras agencias informativas, al cierre de esta edición, elevaban los muertos a 75 y los heridos a más de 1.000.

La mayoría de fallecidos perdieron la vida por fracturas en el rostro y por hemorragias internas. También hubo un gran número de hospitalizados por caídas desde los graderíos.

Además de la rivalidad entre las aficiones, los sucesos de ayer podrían estar relacionados con las protestas de la pasada primavera contra el régimen de Hosnni Mubarak en la plaza de Tahrir de El Cairo. De hecho, el Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, acusó de lo sucedido a los partidarios de Mubarak.

Lo cierto es que Port Said se convirtió ayer en un auténtico escenario de guerra. El jefe de la Junta Militar egipcia, Mohamed Husein Tantaui, tuvo que ordenar a dos helicópteros del ejército que se desplazaran a la ciudad (en el noreste del país) para evacuar a El Cairo al equipo del Al Ahli y a sus aficionados. El ejército tuvo que sacar de la ciudad a los aficionados del Al Ahli en autobuses protegidos por vehículos blindados de las fuerzas armadas.

Los locales comerciales cerraron sus puertas tras varios actos de vandalismo y los servicios de sanidad tuvieron que pedir donaciones de sangre entre los vecinos de la localidad. El presidente de la cámara baja del Parlamento egipcio, Saad al Katani, convocó de urgencia una sesión de la institución legislativa para debatir hoy mismo los sucesos.

Tras estos sucesos la liga de fútbol egipcia quedó suspendida. Y es que los enfrentamientos saltaron de inmediato a otros campos, como en el choque entre el Zamalek cairota y el Ismaily, que fue suspendido al final de la primera parte por el árbitro.

Los «ultras» del Al Ahli, más conocidos como los «Diablos Rojos», tienen fama de ser muy radicales y se han enfrentado con frecuencia a las fuerzas de seguridad egipcias en las protestas de los últimos meses de la plaza Tahrir de El Cairo. Sin embargo, según dijeron testigos presenciales, fueron los hinchas del Al Masri quienes provocaron el enfrentamiento, al invadir el terreno de juego tras cada gol de su equipo (que se impuso por 3 a 1) y hacerlo de nuevo cuando acabó el partido.

Esta teoría es la que defiende un testigo de los hechos, el joven Hosam Mohamed Mustafa: «Los ultras del Al Masri saltaron al campo a linchar a los jugadores del Al Ahli», relata. Y es que, según cuenta el testigo, los hinchas del Al Masri, el equipo local, amenazaron de muerte desde el comienzo del partido a los seguidores y jugadores del rival Al Ahli y al final del encuentro se lanzaron al campo para perseguirlos. Según Mustafa, los futbolistas más hostigados fueron las principales estrellas del equipo cairota, y entre ellos citó al portero Sherif Ekramy y el centrocampista Mohamed Abutrika, ídolo del fútbol africano.

Por su parte, el portugués Manuel José, entrenador del Al Ahli, de El Cairo, constató a los medios lusos el «caos completo» que se vivió. «Nuestros aficionados llegaron a entrar en nuestro vestuario. Ya murieron cerca de 36 personas. Mientras, prendieron fuego. De nuestro equipo están todos bien. Yo no logré regresar al vestuario. La culpa es de los soldados, había decenas de ellos y de policías también. Desaparecieron todos, el caos ha sido completo», declaró.