Oviedo, Á. FAES

«¿No hace tanto frío, no?». Al capitán español de la Copa Davis le habían hablado tanto de la temperatura en el Palacio de los Deportes de Oviedo, que estaba hasta preocupado. Pero Àlex Corretja se quitó un asunto de encima cuando ayer por la tarde vio por primera vez la pista donde debutará al frente del equipo. «¡Qué bonita, es una pasada!». Iluminada, en perfecto estado de revista, encontró el visto bueno del flamante jefe nada más entrar por uno de los laterales del pabellón. Pasaban de las siete de la tarde y ya no había rastro del entrenamiento de los kazajos, cuando Corretja dio el sobresaliente a una instalación preparada para cobijar 6.000 personas desde el próximo viernes. «Estoy impactado, es preciosa, ha sido una grata sorpresa», dijo el capitán después de pisar la tierra, revisar las líneas, la iluminación, los vestuarios...

Al contrario que su rival, España renunció ayer a su turno de entrenamiento. Habían llegado muy justos de tiempo a Oviedo y Corretja los mandó al hotel. Solo él bajó desde el Ayre Hotel Oviedo, en el Calatrava, hasta Ventanielles, para conocer su casa deportiva durante toda esta semana. Los jugadores y el resto del grupo, unas veinte personas, tomaron posesión en el cuartel general.

«Estoy entusiasmado, como un niño pequeño», confiesa el capitán de estreno, que rechaza la presión por ser España vigente ganadora de la Copa Davis. «Es una etapa nueva y no miro más allá de esta primera eliminatoria».

Será hoy cuando el equipo español estrene la pista, con entrenamiento a las 11.45 horas y a las 15.30. Ni una pista dio Corretja sobre sus planes para esta primera eliminatoria sin Nadal, Ferrer ni Feliciano López, que pidieron ser liberados de la primera y engorrosa eliminatoria. Llega España con Nicolás Almagro al frente, señalado para los individuales junto a Juan Carlos Ferrero, de vuelta a la Davis desde 2009, cuando estuvo en la semifinal frente a Israel. Marc López y Marcel Granollers serán la pareja de dobles para el partido del próximo sábado.

Corretja pide «respeto» para Kazajistán, que si tiene que asustar por algo no será por el ranking de sus jugadores.

Mikhail Kukushkin, su número uno, aparece el 64.º en la lista de la ATP, aunque viene de ganar a Monfils en los dieciseisavos del Open de Australia. Después se retiró lesionado frente a Murray, cuando había cedido dos sets por un doble 6-1. «Son agresivos, jugadores a tener en cuenta, debemos respetarlos», advierte Corretja más para evitar sustos y mantener la tensión que por verdadero convencimiento. El segundo kazajo, Golubev, ya se va al puesto 147 del ranking. La tierra batida, además, tendría que ser otro gran obstáculo para ellos.

Anoche, los kazajos cenaban en un restaurante de la calle Marqués de Pidal. Se saben inferiores, pero tienen fresca su machada del año pasado, cuando se presentaron en cuartos de final a costa de la República Checa a domicilio. Y no vienen solos. Los acompaña un grupo de 70 aficionados que no debería ser obstáculo para el apoyo de los 6.000 españoles.