Oviedo, M. D. B.

Algunos asiduos del Palacio, como los gimnastas o los atletas, ya llevan un mes fuera de su hábitat natural. A las chicas del Club Omega no les ha ido muy mal porque, coincidiendo con la ola de frío siberiano, han podido entrenarse en el pabellón de Pumarín-Teatinos, que tiene calefacción. Lo malo, según su entrenadora, Camino Mateos, es que en la refriega han perdido horas de entrenamiento. Mientras que disponían del Palacio de 4.30 a 9 de la tarde, en su exilio tienen que dejar paso a otras actividades entre las 7 y las 8.

Más críticos son los atletas, que directamente se han quedado sin temporada de pista cubierta. Los integrantes de un club de cantera como La Santina han tenido que conformarse con las instalaciones de San Lázaro o el CAU cuando más necesitaban de un techo. Y las competiciones han tenido que trasladarse al módulo cubierto de Las Mestas, que no puede acoger todas las pruebas del programa.

Pedro Pablo Nolet aclara que la Copa Davis es sólo el último detalle de la marginación del atletismo en Oviedo: «Sólo podemos entrenar dos días a la semana en el Palacio y, muchas veces, todo son inconvenientes. Pero el colmo es que hayan puesto calefacción para esta semana, con el frío tan tremendo que hemos pasado durante tantos años».