«Me costará salir de este trance, la herida es gorda», dijo ayer Marcelino García Toral en el transcurso de su despedida del Sevilla. El asturiano fue destituido por el club andaluz el lunes. Su sustituto, Míchel, ya empezó a trabajar ayer.

En una rueda de prensa junto al presidente, José María del Nido, y el director deportivo, Ramón Rodríguez, «Monchi», el técnico asturiano se despidió del Sevilla y su afición visiblemente emocionado, con la voz entrecortada en muchos momentos hasta acabar con lágrimas y sin poder hablar por momentos en el acto, en el que ha afirmado que su destitución ha sido «una cuestión pura y dura de resultados».

«No podía abusar de la confianza de unas personas que me lo han dado todo, no podía condicionarles porque, como ha dicho el presidente, lo que les llevó a esa decisión fueron los resultados, ya que me apoyaban constantemente y siempre me han dado su confianza, pero el fútbol es así», ha lamentado.

Marcelino reconoció que vive el «peor momento de su carrera, pues es muy difícil encontrar en otro club todas las posibilidades personales y profesionales» que ha dicho que le ha dado el Sevilla. Marcelino se marcha «con la conciencia tranquila» de que, «por profesionalidad, honradez y honestidad», él y su equipo han «devuelto esa confianza».

«Nos hubiera gustado haber devuelto esa confianza con resultados, porque entonces seguiría aquí, que era lo que deseaba y no un año, sino más, pero la vida te da palos y éste es bastante fuerte», ha admitido, muy afectado, pues le va a «costar salir de este trance, la herida es bastante gorda». Con Marcelino se van sus ayudantes Rubén Uría e Ismael Fernández.

El técnico ha indicado que «a veces hay que tomar decisiones contra tu voluntad, pero hay que hacerlo por motivos profesionales», como así ha ocurrido, «porque por muchos sentimientos que hubiera, todos estábamos defendiendo un club y el club es más grande y está por encima de las personas», ha aseverado con la voz rota.

Ha dicho que es «un día muy complicado, muy difícil», pero «en el fútbol la bolita es la que manda y desde que llegamos las bolas de los sorteos y el balón nos han acompañado muy pocas veces, por no decir ninguna», reconoció.

«Nos han dado la oportunidad de dirigir a un gran club y nos han dado una permanente confianza y apoyo en momentos muy complicados. Teníamos el sueño de venir, pero parece que ha sido un mal sueño», ha declarado Marcelino, que ha agradecido su apoyo a los jugadores, todos los estamentos del club, la afición y la prensa, salvo cuando dijo que tenía un enfrentamiento con Kanouté, «pues no era verdad».

Ha deseado «lo mejor a la plantilla y mucha suerte» a José Miguel González, Míchel, su sustituto, aunque no es «quien para dar consejos a un colega», y de la afición sevillista ha recordado que les «apoyó mucho al principio y luego, como es lógico, con los malos resultados» se lo quitó, pero que se sienten «en deuda con ella».