«Si nos quieren descender, que nos desciendan, pero que no se rían de nuestra afición». Quien habla es el presidente del Pumarín, Ángel García, para quien el arbitraje del domingo ante el Oviedo B fue «la gota que colma el vaso»: «En el gol que nos meten hay tres jugadores en fuera de juego. Estuve hablando con el entrenador y ya son muchos los partidos en los que nos han perjudicado. Somos un equipo de barrio, el otro día ganar al Oviedo era muy importante para los jugadores y para el público. Después del partido había mucha gente llorando».

«No tengo ninguna duda de que nos pitan peor por ser un equipo pequeño. No nos miden por el mismo rasero que a otros equipos más grandes», insiste el máximo mandatario del Pumarín. Y es que para el presidente de los ovetenses estos detalles hacen que todo el trabajo callado y humilde de muchos directivos quede en agua de borrajas: «Somos tan modestos que los directivos tienen que ir vendiendo lotería, pidiendo colaboración a la gente del barrio, mojándose para preparar el campo, haciendo de taquilleros..., y que luego llegue un árbitro...».

«Luego, si les dices algo, tarjetas y sanciones... Que se queden con el equipo si quieren», dice con desesperación el presidente de este modesto club ovetense. Pero las quejas no se quedan en los arbitrajes. A Ángel García también le molestan otros detalles, como lo que sucedió el día que recibían en casa al líder de Tercera, el Caudal: «Los clubes estamos muy mal económicamente. Y encima el día que viene el líder a nuestro campo y esperamos sacar algo más de dinero porque pensamos en hacer una buena taquilla van y nos televisan, sin avisar previamente, el partido del Oviedo contra el Toledo. Nos lo dicen un jueves, cuando ya no había tiempo para cambiar el horario de nuestro partido. He hablado con un par de presidentes y los clubes de Tercera no estamos económicamente como para que nos hagan estas cosas», concluye García.