Oviedo, A. L.

Cuando parecía imposible rescatar al Oviedo B de la errática temporada que estaba realizando llegó Fermín, y las cosas empezaron a mejorar. El nuevo técnico del Vetusta, quien personifica lo que es ser un hombre de club, ha dado la vuelta a una situación que se veía negra por dondequiera que se mirara, con el descenso a Preferente cada día más cerca.

Aunque siguen en puestos de descenso, la mano de Fermín se ha hecho notar, y el equipo ha encadenado su primera buena racha de la temporada: un empate y dos victorias seguidas. Y, además, ante rivales de enjundia. Primero empataron con el Universidad (1-1) y luego ganaron al Avilés (3-1) -primer partido que se ganaba en El Requexón esta temporada- y al Pumarín (0-1) a domicilio.

«Necesitábamos una reacción, porque, si no, iba a ser difícil», reconoce el entrenador sobre la situación del equipo. Para Fermín Álvarez, no sólo ha habido un cambio en los resultados, también ha mejorado lo que se hace sobre el campo: «Hemos mejorado nuestro juego y debemos seguir por este camino».

«No es que hayamos cogido el último tren para la salvación, pero sí es verdad que perder más partidos nos obligaba a ganar mucho para salvarnos. Aun así tenemos que hacer una segunda vuelta de equipo de promoción para salir de esta situación», explica el entrenador del filial azul. Y es que el Vetusta llegó a estar a ocho puntos de la salvación y ahora se encuentra a cuatro (si bien el Ceares, que le precede en la clasificación y que no está en descenso, ha jugado un partido menos).

Aunque está lejos el objetivo, los últimos buenos resultados han convencido a los jugadores de que es posible y de que son capaces de más de lo que llegaron a pensar. «Ahora tenemos más intensidad defensiva, algo más acorde con la categoría. Habíamos recibido demasiados goles y ahora nos hacen menos ocasiones. Por eso los primeros entrenamientos fueron para reorganizar al equipo defensivamente. Cuando estás bien atrás eso también beneficia al ataque y los goles empiezan a llegar», relata el técnico sobre los cambios que ha introducido en el equipo.

También reconoce Fermín que han venido muy bien los últimos refuerzos que han llegado: Catú y Chus Hevia. «Catú nos dio contundencia defensiva y, además, se integró muy rápidamente y muy bien. Chus Hevia se ha convertido en una de las piezas clave del equipo», afirma el técnico.

Otro de los detalles que ha tenido que reforzar Fermín desde que llegó ha sido el aspecto psicológico. No en vano el equipo ovetense no estaba pensado para luchar por la permanencia. Y menos cuando la temporada pasada protagonizaron un meritorio regreso a Tercera, con buenas actuaciones y resultados. «Al estar metidos en una racha tan mala a la gente le costaba más. Con cualquier traspié el equipo se venía abajo, y muchas veces sin ser inferiores al rival. El aspecto psicológico ha sido importante y ahora el equipo está muy responsabilizado y ven que el trabajo está teniendo recompensa», explica.

Aunque aún queda mucha Liga, el Oviedo B se juega mucho el sábado ante el Nalón en El Requexón. Los de Olloniego son penúltimos, empatados a puntos con los ovetenses. «El Nalón es un rival al que queremos superar en la clasificación, pero tenemos que tener claro que si nos crecemos nos devolverán a nuestro sitio. Aún nos queda mucho por hacer si queremos salvar la categoría. No hemos conseguido nada», advierte Fermín.