En 1992, la última vez que la Copa Davis aterrizó en Asturias, todo era mucho más sencillo. Así lo atestigua Manuel Galé, entonces presidente del Club de Tenis Avilés y ahora máximo dirigente de la Federación Asturiana. «Ahora todo es mucho más profesional», reflexiona Galé, que ha asumido un papel mucho más discreto que en las tres eliminatorias anteriores, todas ellas en Avilés.

Galé consiguió traer la Copa Davis por primera vez a Asturias en 1972, pero no la eliminatoria inicialmente prevista. España, con jugadores de la talla de Orantes, Gimeno y Gisbert, debería de haberse enfrentado a Sudáfrica, que contaba con una pareja de dobles famosa, Hewitt y McMillan. Era la época del «apartheid» y de las sanciones a Sudáfrica, que fue sustituida en el club San Cristóbal por la débil Mónaco.

La segunda visita del equipo español de Copa Davis a Asturias, de nuevo en Avilés, llegó en circunstancias muy diferentes. El rival, Hungría, tenía más entidad, sobre todo por la presencia de su número uno, Balazs Taroczy, y el tenis español pasaba su particular travesía del desierto. Aun así, el público asturiano disfrutó de la victoria española por 3-2, tras cinco partidos muy emocionantes.

El España-Israel de 1992 ni siquiera completó las tres jornadas previstas, ya que tras las dos primeras el equipo capitaneado por Manuel Orantes ya había resuelto con facilidad. La pareja formada por Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal, quizá la más estable de la historia del tenis español, cerró el sábado 26 de septiembre el pase a la siguiente ronda, con las gradas del club avilesino casi llenas.

Galé recuerda que en aquellas tres ocasiones todo el peso de la organización recaía sobre el club. El único apoyo externo era el del gerente del Club de Tenis Barcelona, representante de la Federación Española en las eliminatorias como local. Según el dirigente, que mañana recibirá la insignia de oro de la Federación Española, aquellas eliminatorias sólo trajeron beneficios para el Club de Tenis Avilés. «Ahora todo es más profesional», añade. Y, por tanto, más caro.