No fue un día para recordar, a pesar de que la efeméride es bonita. La goleada recibida por el Sporting en Valencia supuso el partido oficial número cien de Miguel de las Cuevas con la camiseta del Sporting. El mediapunta alicantino dispuso de la ocasión más clara de los rojiblancos cuando estuvo muy cerca de adelantar a su equipo con un bonito disparo con efecto cuando el marcador aún registraba el empate a cero, pero una notable estirada de Guaita lo evitó. De las Cuevas cumple su tercera temporada en Mareo y ha disputado ya noventa y seis partidos de Liga y cuatro de Copa del Rey.

Desde su llegada al club, su rendimiento ha sido notable. En estos cien partidos ha marcado dieciséis goles, todos ellos en Liga. Su concurso fue especialmente decisivo en las permanencias logradas en las dos temporada anteriores, en las que firmó ocho y seis goles, respectivamente. Este curso se vio desplazado de su posición natural y su rendimiento se ha resentido notablemente. De los noventa y seis partidos de Liga que ha disputado con el Sporting, De las Cuevas ha sido titular en 84.

El balance del equipo rojiblanco en los encuentros ligueros en los que el alicantino ha tomado parte es de veinticuatro victorias, treinta empates y cuarenta y dos derrotas.

Miguel de las Cuevas llegó al Sporting como una promesa de futuro y se convirtió en uno de los mayores aciertos del director deportivo, Emilio de Dios. El alicantino llegó procedente del Atlético de Madrid con la vitola de su indiscutible calidad y la convicción de que una grave lesión le había impedido triunfar en el Vicente Calderón, donde sigue siendo aclamado cada vez que regresa con el Sporting.

Desde muy pronto dejó su impronta en el juego del equipo y se confirmó como el mejor socio de Diego Castro, por entonces auténtico líder de los rojiblancos sobre el césped. La conexión entre ambos dio suculentos réditos para el equipo y fue uno de los pilares sobre los que se sostuvo la permanencia de la temporada pasada, en una campaña en la que los delanteros apenas si tuvieron trascendencia.

Tras la marcha del gallego al Getafe el pasado verano, Miguel de las Cuevas fue señalado como su sustituto natural como referencia en el juego del equipo. Manuel Preciado llevó esta sucesión demasiado lejos y decidió que el alicantino heredase también la posición de su compañero. Esa decisión fue la que condenó a De las Cuevas. Arrancando desde la izquierda, el área contraria, la zona donde verdaderamente genera peligro, le queda demasiado lejos. Los números evidencian el bajón en el rendimiento del alicantino, que esta campaña sólo ha podido firmar dos goles, uno de ellos de penalti, ya que también heredó la responsabilidad de lanzar las penas máximas, aunque esta temporada al Sporting tan sólo le han pitado una.