«Sinceramente, yo no pierdo mucho tiempo en pensar cómo jugar bonito. Lo único que busco es ser positivo, y eso, en un equipo profesional, pasa por ganar». Javier Clemente Lázaro (Baracaldo, Vizcaya, 12 de marzo de 1950) formuló esta declaración de intenciones en su primer acto oficial como entrenador del Sporting. Al contrario de lo que sucedió dos semanas antes, con el nombramiento de Iñaki Tejada como sustituto de Preciado, Clemente estuvo arropado por todos los estamentos del club. El presidente, Manuel Vega-Arango, se sentó a su lado para presentarlo. Mientras, entre las butacas destinadas a la prensa, el director de comunicación del club, Manfredo Álvarez, arropaba a su representante, Miguel Santos. Quini, icono del sportinguismo; el secretario general, Carlos Barcia, y hasta el capellán del club, Fernando Fueyo, sucumbieron a la enorme expectación que ha suscitado la llegada a Gijón de Javier Clemente, un técnico que no deja a nadie indiferente. Lo que nadie le puede discutir es que su discurso es claro: «Cuando vas a un equipo en estas situaciones, no hay más castañas que el rendimiento. Podemos jugar bien, pero si no sacamos puntos... Lo más bonito que hay es la victoria».

La presentación realizada por Manuel Vega-Arango fue clarificadora sobre el status de cada uno de los entrenadores rojiblancos durante la última semana y deja entrever las causas del cambio a los ojos del consejo de administración. «El Sporting tiene la suerte de tener aquí a un entrenador de total y absoluta garantía, en el cual tenemos mucha confianza y mucha esperanza», comentó Vega-Arango en referencia a Javier Clemente. Apenas unos minutos más tarde diría: «Estamos agradecidos a nuestro entrañable amigo Iñaki Tejada, que ha tenido el honor de dirigir al Sporting en dos partidos».

Iñaki Tejada queda integrado al cuerpo técnico de Javier Clemente, quien tendrá a Abelardo como su asistente principal y conservará a todos los auxiliares que trabajan en el primer equipo. «No me gusta llegar a un club y echar a la gente que está en él, que son gente de la casa, fieles al club», puntualizó el de Baracaldo.

El técnico, que vivirá en un hotel de la ciudad, acudió por la tarde a Mareo para mantener una reunión con los técnicos y con los futbolistas, y esta mañana dirigirá su primera sesión preparatoria. «Yo no soy un entrenador de papel y de apuntar», matizó Clemente, que se definió como «un entrenador de vestuario, muy de equipo y de campo». No obstante, aclaró, «nadie tiene una varita mágica». Clemente prefiere no pensar en el calendario y aseguró que no tiene muy claros cuáles son los próximos rivales de los rojiblancos. El nuevo técnico rojiblanco fija la permanencia en 42 puntos, por lo que tendrá que sumar 23 en 16 partidos, es decir, le bastaría con ganar la mitad. «Es un reto difícil, complicado, pero posible», aseguró.

Además de la amistad que mantiene con los gestores del club, dos de los atractivos que han convencido a Javier Clemente para aceptar la oferta del Sporting han sido sus similitudes con la filosofía de cantera del Athletic y la entrega de su afición. «En la situación en la que está el equipo es muy importante tener un público fiel, un público caliente», valoró.

El técnico reconoció también no tener un profundo conocimiento de la plantilla rojiblanca, aunque ha visto por televisión y sin sonido los dos últimos partidos de los rojiblancos «por si me llamaban, porque al marcharse Preciado, tendrían que poner a alguien».

Javier Clemente restó importancia a los problemas de disciplina de la plantilla, aunque reconoció que el problema de las salidas nocturnas fue más una cuestión de oportunidad. El de Baracaldo se mostró partidario de que sean los propios futbolistas quienes se autorregulen, aunque dejó claro que «habrá unas normas de convivencia deportivas y tienen que cumplirlas porque hay una afición detrás».

Esta mañana, Javier Clemente se pondrá por primera vez el chándal del Sporting y saltará al campo número 2 de Mareo para dirigir su primera sesión y comenzar a preparar el partido ante el Atlético de Madrid, que «será duro».

Las frases:

No soy un entrenador de papel y de apuntar. Soy un entrenador de vestuario, de trabajo y de equipoEs un reto difícil y complicado, pero posible, y no me asustaEstá claro que no existen varitas mágicasNo me gusta llegar a un club y echar a la gente de la casaNo soy tan cachondo como Preciado, que tiene garra y me he reído mucho oyéndoleLo único que busco es ser positivo y en un equipo profesional eso pasa por ganar. Si me sobra tiempo, igual pienso en jugar bonito

Cuando Manolo se fue, dije: «Voy a ver al Sporting, porque tendrán que poner a alguien»

La afición le pide mano dura

Cerca de una treintena de aficionados esperaban en El Molinón la llegada de Clemente. Otros veinte lo esperaban en Mareo por la tarde. «Javi, mételes caña», gritaban los aficionados a su nuevo entrenador.

Representante y compañero

Miguel Santos, representante de Javier Clemente, siguió muy de cerca todos los pasos de su representado. En la sala de prensa estuvo acompañado por el director de comunicación del club, Manfredo Álvarez.

Quini, el mejor anfitrión

Enrique Castro, Quini, había sido el encargado de recibir a Javier Clemente durante su última visita a Gijón al frente del Valladolid. Ayer ambos se reencontraron en El Molinón.

El capellán le dio la bendición

Fernando Fueyo le fue presentado y Clemente lo reconoció de inmediato: «¿No coincidimos una vez que andaba usted rezando por las esquinas? Pues siga rezando». Fueyo se lo dio por hecho.