Situado el objetivo en recuperar cuando antes la estima, Pacheta deberá antes reconstruir su línea defensiva. Las rojas recibidas por Negredo -por quien el club ha presentado alegaciones- y Pascual ante La Roda y la lesión de Juanma, que lo mantendrá alejado de los terrenos de juego entre dos y tres semanas, harán que el técnico azul tenga que echar mano del ingenio para dibujar una retaguardia competitiva en Luanco.

Las bajas se están cebando esta temporada con la línea que precisamente menos efectivos tenía. Al inicio del verano, la dirección deportiva optó por arriesgar en la línea defensiva con menos efectivos que en las últimas temporadas. La idea preconcebida era que el filial pudiera echar una mano siempre que fuera necesario. El Oviedo inició la campaña con Juanpa, Owona, Negredo, Jorge Rodríguez, Juanma y Candela, seis jugadores para cuatro puestos. Al cupo defensivo se unió la sorpresa de Álvaro García Cuello, comodín que ha servido para cubrir el carril izquierdo de la zaga.

Antes había caído Candela, a quien los problemas en el hombro lo obligaron a pasar por el quirófano. El avilesino, llegado en verano como teórico inquilino del lateral izquierdo, sólo ha podido disfrutar de 384 minutos con el Oviedo. Algunas semanas antes del incidente de Candela, Jorge Rodríguez se fracturaba el tobillo. El gallego, titular indiscutible en el inicio de campaña, sólo suma 540 minutos. Juanpa, con diversos problemas físicos desde pretemporada, es el otro defensa que no llega a los 1.000 minutos, al acumular 946. De cara al domingo, a alguno de los recién recuperados le tocará regresar al once: Jorge Rodríguez tiene todas las papeletas para volver.