Gijón, J. E. C.

Alberto Rivera (Puertollano, 1978) lleva disputados 1.603 minutos en 22 partidos de esta Liga y se presenta frente al Racing como el casi seguro sustituto del sancionado André Castro. El centrocampista manchego explica que «siempre trabajas para jugar y ayudar al equipo, pero el técnico elige. Lo principal es salir a jugar con la misma intensidad y ganas que puso el equipo ante el Atlético de Madrid para lograr tres puntos necesarios».

A sus 34 años tiene mucha experiencia en equipos como Madrid, Olympique de Marsella, Numancia, Betis y desde 2009 en el Sporting. «Lograr el triunfo en Santander sería engancharse a un tren donde podemos meter a cuatro equipos que se nos fueron un poco y luego salir de abajo. Fuera de casa últimamente no tuvimos oportunidades de adelantarnos en el marcador porque los pequeños detalles deciden un partido. Llevamos ese lastre, de que al cuarto de hora ya encajamos un gol y el rival juega tranquilo», dice.

Ahora, con la llegada de Clemente, se sabe que quiere «que el equipo juegue igual en casa que fuera. Creo que si nos adelantamos en el marcador es difícil que se nos escape el resultado. Fue bueno cómo luchamos ante el Atlético de Madrid después de encajar el gol hasta el pitido final. Así se puede pensar en lograr el triunfo. Hay que tomar el partido como si fuera el último».

Cuando se le habla de qué pasaría con una derrota que se acerca más al descenso a Segunda, Rivera quita dramatismo argumentando que «pase lo que pase, perder el ánimo y la esperanza es lo último. Sería un duro golpe, pero habría que ir por el siguiente partido. Ahora lo principal es sumar y sumar, aunque sea un punto, porque al final tiene mucha importancia. Lograr ocho victorias ya se hizo la campaña pasada, pero hay que pensar en ganar solamente el sábado al Racing».

En cuanto al nuevo entrenador, Clemente, Rivera dice que «no sorprende porque tenemos compañeros que estuvieron con él. Corrige cosas, nos da sus ideas y transmite optimismo».

De la polémica suscitada entre Nacho Novo y Clemente, Rivera argumenta que «para mí era buen compañero y nos ayudó en el campo. Él quería marcharse y llegó a un acuerdo con el club. No debemos hablar más de eso y pensar solamente en el partido que tenemos en Santander».