Langreo, Pablo ANTUÑA

El inicio del año 2012 será recordado para siempre para David Álvarez, «Kily». El jugador del Langreo partió rumbo a la Copa de África para jugar con Guinea Ecuatorial. No tardó en deslumbrar en el torneo y en el encuentro ante Senegal logró el triunfo de la victoria. Fue el comienzo de un cambio en la vida de Kily. Numerosos clubes e intermediarios comenzaron a ponerse en contacto con el jugador para interesarse por sus servicios. Una situación que el propio jugador reconoció desde un primer momento: «Me gustaría irme fuera a probar suerte y vivir la experiencia».

Los últimos días han sido bastante ajetreados en la vida del jugador langreano. Un agente le ha ofrecido la posibilidad de jugar en un equipo de Singapur, aunque Kily aún desconoce las condiciones de la propuesta. El lateral está esperando por la llegada de dichas condiciones para poder dar una respuesta y barajar el cambio de aires.

La oferta llega tras un ofrecimiento del Legia de Varsovia, equipo que acaba de fichar recientemente a Nacho Novo, pero que no acabó de cuajar. Además, anteriormente el Rubin Kazan también se interesó por los servicios del lateral unionista. Un plan que Kily veía con buenos ojos, pero que se encontraba por encima de las aspiraciones del futbolista. Y no sólo por su potencial deportivo, sino también por la plantilla que se iba a encontrar. En las filas del conjunto ruso milita Jonathan Valle. Un jugador que Kily conoce bien y al que se enfrentó en el torneo de alevines hace poco más de quince años. Jonathan Valle militaba en el Racing de Santander y Kily lo hacía en el Oviedo. Y aunque tampoco han cruzado muchas palabras a lo largo de estos años, ese punto de partida común en el fútbol hacía que Kily se ilusionase por comenzar esta nueva etapa.

Y mientras Kily continúa analizando las posibles propuestas, el lateral azulgrana no descuida su presente. Desde que llegó de la Copa de África apenas disputó media hora con el conjunto unionista. Lo hizo ante el Universidad de Oviedo en Ganzábal. Hace una semana en Avilés no pudo jugar por sanción y el pasado domingo no lo hizo por una rotura de fibras. «Me ha afectado el cambio de temperatura y de superficie al venir de África a Asturias. Tenía bastante carga de trabajo y se ha manifestado así con una rotura de fibras», señala Kily.

El jugador está pendiente de unos análisis para conocer el alcance de su lesión. Y es que Kily tiene un objetivo claro. «Espero que sea contractura y no rotura para poder estar ante el Tuilla en Ganzábal», relata el lateral azulgrana.

Apenas lleva tres semanas en su casa de Morcín desde que regresó de jugar con Guinea Ecuatorial la Copa de África, pero Kily sigue teniendo los pies en el suelo. Día a día le llueven las llamadas de agentes preguntando por su situación, pero, aun así, el lateral sigue pensando siempre en su Langreo.