España logró con la goleada a Venezuela (5-0) recuperar su estima en los amistosos, seguir reclamando su papel de máximo favorito en la Eurocopa y abrir maravillosos debates. La importancia hoy en día de Silva en este equipo, la conveniencia de tener un jugador de las características de Muniaín en la citación y, sobre todo, la candidatura de Soldado a delantero referencia de la selección son cuestiones de peso a afrontar por Del Bosque de cara a la Eurocopa. ¡Benditos debates!

Amistosos incómodos al margen, España lleva instalada varios años en lo más alto del firmamento futbolístico. Con una propuesta atractiva y resultados, combinación que no siempre se ha dado en la historia del fútbol, la Roja afronta cada cita cómoda en su papel de favorita. El partido ante Venezuela sirvió para ensalzar las virtudes más marcadas del conjunto de Del Bosque.

España tiene la extraña virtud de acabar con los rivales por asfixia. No es uno de los depredadores del fútbol actual acostumbrado a asestar golpes mortíferos de la nada. Lo de la Roja tiene más que ver con la perseverancia, con la tozudez. Cuando el rival no se ha repuesto de su último ataque llega una legión de pequeños para asestarle otro golpe. Y así todo el partido. Los de Del Bosque sufren tanto sin balón que su misión principal parece encaminada a retenerlo el mayor tiempo posible. En este sentido es el equipo más egoísta del panorama actual.

Pero como todo conjunto amante de la posesión, también España obtiene sus frutos cuando cambia de ritmo. En el momento en que la posesión se convierte en el medio para llegar al arco rival, nunca en el fin. Debe apuntarse en este apartado a Iniesta y Silva como fundamentales. Lo del manchego es de sobra conocido. Capaz de adoptar la figura de centrocampista de toque, Iniesta guarda su gran arma en la conducción, manera más segura de eliminar líneas defensivas. La gran novedad respecto al Mundial de Sudáfrica es la reaparición de Silva. El canario ha regresado a la primera plana de la selección y lo ha hecho con mimbres de futbolista grande.

Con Alonso y Busquets llevando a sus espaldas el injusto apelativo de pivotes defensivos, el resto de centrocampistas se sumaron al ataque. En un inicio fulgurante Ramos estampó un balón en el larguero, Llorente cabeceó débilmente e Iniesta probó desde lejos. A los 15 minutos un rótulo en la televisión describía el panorama: España había completado 166 pases mientras Venezuela sólo había hecho 29.

Con el dominio llegarían los goles. Así suele ocurrir. Además sirvieron para premiar a los dos jugadores de más talento sobre el césped. En el primero Iniesta aseguró con el interior en un calco del tanto que hizo ante Chile en el Mundial. En el segundo, Silva disparó con fuerza y colocación una dejada de tacón de Fábregas, que se unió a la fiesta sin dudarlo.

La segunda mitad sirvió casi en exclusiva para alimentar una de esos debates que hace surgir 47 millones de seleccionadores. Soldado usó esos 45 minutos para reivindicarse con un triplete, que pudo ser más si no falla el penalti con el que Amorebieta fue expulsado. Las discusiones en torno a la selección suelen ser más encendidas cuando se discute sobre delanteros. Hace tiempo que Torres parece haber perdido la confianza en sus posibilidades, Villa figura en la lista de dudas por su lesión y Negredo y Llorente han hecho méritos para apuntarse a la cita, pero les queda demostrar si están capacitados para actuar como primeros espadas.

En un equipo en el que los centrocampistas salen de debajo de las piedras, la figura de un ariete de peso sería el colofón a un equipo magnífico. Soldado hizo méritos de sobra con tres goles de delantero de instinto haciéndose amigo de todos. En el primero (minuto 49) usó el exterior de forma plástica para rubricar una jugada de Cazorla, en el segundo (minuto 52) se asoció con Arbeloa y en el tercero (minuto 85) hizo lo propio de Alba. Los tres en el área pequeña.

El final del partido sirvió para sumar a Muniaín a la causa, un futbolista diferente que se adapta perfectamente al papel de revulsivo. El desarrollo de la campaña resolverá las incógnitas que aún planean por la cabeza de Del Bosque. Pequeños detalles a sumar en una propuesta que asombra y golea con la misma facilidad.