Mario Prieto cumple su primer mes en el Avilés y aún no conoce la derrota. El centrocampista ovetense de 34 años, único fichaje invernal del club avilesino, llegó el miércoles 31 de enero (el último día para hacer fichajes) procedente del Marino de Luanco (Segunda B) y al domingo siguiente ya debutó ante su nueva afición en el derbi frente al Navarro, que finalizó con el triunfo local por 2-1. Desde entonces jugó todos los minutos ante el Covadonga en Oviedo (0-4), Langreo en el Suárez Puerta (1-0) y Luarca en La Veigona (0-1).

El jugador está encantado en el Avilés. «Me recibieron de forma espectacular y el trato sigue siendo igual de bien. Estoy contento con los compañeros, con el míster y con todo lo que rodea al club», explicó. Mario Prieto tiene palabras especiales para la afición. «Viví algo similar en el Oviedo, pero esto es especial porque es una población más pequeña y el Avilés era un equipo dejado de la mano de Dios que dio un vuelco tremendo en un año, y ahora es un ejemplo de que si se hacen las cosas bien se puede llevar gente al campo y vivir el fútbol con intensidad aun en categorías modestas», comentó para añadir: «Lo que me impresionó es la cantidad de gente que viaja para ver al equipo fuera. Está claro que en Avilés había hambre de fútbol».

La llegada del centrocampista coincidió con el inicio de una buena racha de cuatro partidos sin perder después de dos dolorosas derrotas ante el Caudal y el Oviedo B. «Creo que mi llegada le vino bien al equipo porque no tenía cubierto ese puesto y las derrotas habían generado una cierta incertidumbre. Estoy muy contento porque se está viendo lo que puedo aportar al grupo y creo que mejoramos el nivel colectivo», señaló.

La integración en el vestuario fue rápida y total, según el propio jugador. «Llegué un poco a ciegas, pero me adapté sin problemas a la forma de jugar del equipo. En casa tenemos más posesión y creamos muchas ocasiones de gol, y fuera nos adaptamos a lo que pida el rival y sobre todo el campo. Lo bueno es que tenemos un muy buen juego directo que nos permite ganar partidos como el de Covadonga y el Luarca. Ésa es una ventaja cara a los «play-off» porque nos vamos a encontrar muchos partidos así y estoy convencido de que podemos hacer grandes cosas», aseguró.

Y es que Mario Prieto ya se ve en la liguilla, «como todo el mundo», preciso. El equipo es segundo con 61 puntos, y el quinto puesto está ya a once de distancia. «No miramos hacia abajo, sólo lo hacemos de reojo al Caudal porque no perdemos la esperanza de ser primeros. Tenemos que seguir creyendo porque nuestra dinámica es muy buena y si ganamos todo creo que podemos conseguirlo porque no estoy seguro de que el Caudal responda a la presión», defendió.

El jugador avilesino tiene una amplia experiencia en liguillas y asegura que el Avilés puede hacer un gran papel. «Podemos jugar de varias formas y eso es importante. Todos los equipos tienen un nivel similar y yo estoy muy confiando porque tenemos una gran plantilla y podemos ganar a cualquier rival de cualquier grupo».

Prieto habla maravillas del vestuario. «Hay chavales escandalosos de buena gente. Tenían una relación idílica porque no hay maldad y es gente noble y dicharachera, y yo me adapté sin problemas y encantado de estar ahí». Él, como el resto de veteranos, juega un papel importante ante los jóvenes. «No piden consejo, pero se quedan con todo lo que comentamos, lo que también se agradece. Siempre están pendientes porque se nota que les gusta el fútbol y están muy metidos en el equipo», comentó.

Mario Prieto aún tiene cuerda para rato, pero en el futuro y una vez que concluya su carrera como jugador, «que intentaré prolongar al máximo porque me encuentro muy bien físicamente y nunca tuve lesiones graves», quiere seguir ligado al fútbol y está sacando el título de entrenador nacional en Gijón. «Me quedó media asignatura, el teórico de la preparación física, y dentro de un mes tendré una nueva oportunidad, así que tendré que ponerme a estudiar otra vez», concluyó.