El próximo mes será decisivo para el futuro del Oviedo, tanto en el aspecto deportivo como en el social. Sin duda alguna van a ser fechas importantes para el devenir de la entidad ovetense.

En el aspecto deportivo, el conjunto que dirige Pacheta va disputar cinco encuentros decisivos, tres de ellos en casa, Alcalá, Sporting B y Albacete, mientras que lejos del Tartiere se enfrentará al Vecindario y Conquense, partido que se disputará el miércoles 21. Son cuatro rivales asequibles para el conjunto oviedista, mientras que el conjunto albaceteño es otro de los que aspiran como los azules a estar entre los cuatro primeros a finales de temporada. Tras el triunfo del pasado domingo en Miramar ante el Marino, donde el juego fue más efectivo que vistoso, los azules han reducido distancias con el grupo cabecero y vuelve, lo que es más importante, a renacer la ilusión tanto entre los jugadores como en la afición, que un día más volvió a estar al lado de los suyos dando un tono azul a la villa luanquina durante todo el pasado domingo.

Además lo más importante, aparte de los puntos, es la recuperación de jugadores que en los últimos tiempos habían estado fuera del equipo, caso de Juanpa y Jorge Rodríguez, y con los que podrá contar Pacheta para el complicado final de temporada. Cuantos más hombres disponibles, mucho mejor, pues habrá más competencia y el nivel de juego también irá en aumento.

La pena del partido de Luanco entre dos equipos asturianos es que en el palco presidencial no hubo representación del equipo de la capital. Aunque en más de una vez los rectores oviedistas se equivocan en las formas, en esta ocasión tenían razón en ausentarse por pasar de ellos los rectores luanquinos, tanto en la entrega de entradas para vender a los aficionados azules como posteriormente al no invitar a ningún representante al palco. Lo importante fue que el partido se desarrolló sin incidentes de ningún tipo.

Y si en el aspecto deportivo las próximas fechas son importantes, en el aspecto social no le va a la zaga. En los próximos días se sabrá el fallo definitivo del conflicto que mantiene el club ovetense con el Principado. En caso de que el fallo sea favorable para los intereses de la entidad azul será una buena ayuda económica, aunque tan sólo sea para ir pagando parte de la deuda generada en su tiempo con Hacienda y Seguridad Social. Las sociedades anónimas deportivas, es decir, los equipos de fútbol, son especiales y no pagan lo que otras empresas tienen que pagar religiosamente en plazos definidos. Casi todos, por no decir todos, están en deuda con Hacienda, y si no ahí está el tema de Osasuna, uno de los clubes más saneados del fútbol español y que tan «sólo» debe a Hacienda 24 millones de euros.

También hay movimientos para intentar hacerse con un capital suficiente para poner en apuros a Control Siglo XXII, máximos accionistas por ahora de la entidad con un cuarenta y dos por ciento del capital social. Desde luego que la empresa no es fácil, ya que a falta de que haya un inversor fuerte que quiera comprar las acciones de Alberto González los minoritarios tendrían que unirse con el Ayuntamiento de Oviedo y Celso González. Una entente complicada sobre el papel, pero en el mundo del fútbol todo puede ocurrir.