«Le pido a la afición que ahora apoye a muerte al equipo para lograr que se mantenga en Primera, que es el sitio que se merece. Si gracias a Dios se salva, tengo la firme intención de que la afición se entere de las cosas raras que pasan en el club». Así de rotundo habló ayer en Onda Cero Asturias José María González de Caldas, empresario sevillano, que dice que tiene casi tantas acciones del Sporting como José Fernández, el uno por ciento menos.

En los días previos al trascendental partido Sporting-Sevilla en El Molinón, De Caldas reconoce que «soy sevillista desde pequeño y lo llevo en la sangre, pero también soy del Sporting porque cae bien en toda España y le tenemos en el corazón. Nos jugamos la vida y voy a tener el corazón dividido. Después de sufrir tantos años en Segunda, nos costó subir y ahora a la afición le pido apoyo para que se mantenga en la categoría que merece».

Cuando escucha que muchos en España ya tienen al Sporting por su mala clasificación como equipo descendido, el sevillano matiza que «no le veo en Segunda hasta que se dispute el último partido. La esperanza es lo último que se pierde y ahora el equipo va a tener a la afición a su lado. La Mareona sabemos que empuja siempre mucho y va a ayudar a superar esta situación. Luego será el momento de sentarse y pensar en que no se repita».

Apela a los recuerdos de los grandes tiempos del Sporting y los jugadores que hicieron historia como los Quini, Castro, Ferrero y tantos otros, que «nos hicieron que este equipo cayera bien a todos los aficionados de España. En este próximo partido nos jugamos todo y va a ser un partido muy difícil para los dos equipos, porque necesitan los puntos. Desgraciadamente, voy a sufrir mucho con este partido».

Fue en su momento presidente del Sevilla y por eso De Caldas comenta que «ahora no es el momento de hablar y por eso no quiero que mis palabras sirvan para abrir una brecha o un resquicio en el club gijonés que pueda perjudicar. Quiero que el club se salve por encima de todo, porque nos costó sangre subir a Primera. Luego pasamos la ley Concursal, que se superó, y después se ascendió. Hay que mirar para mantenerse».

En su momento, el propietario José Fernández le pidió ayuda y el empresario sevillano acudió en directo a Gijón para firmar en la notaría y pagar las nóminas de los jugadores para evitar el descenso. Pero desde hace tiempo hay un desencuentro entre ambos. José María González de Caldas reconoce que «hace muchísimo que no hablamos -más de un año o dos- y no sé por qué. Perdí el contacto, aunque siempre extendí la mano al club. Gracias a Dios, en su momento, logré que salvara la situación de bajar, pero ahora estoy al margen de todo. En lo deportivo ni pincho ni corto y en la gestión, menos. Lo único que sé es lo que veo o leo de lejos por los medios de comunicación. Lo que no quiero ahora es algo que desestabilice al club».

No obstante, este accionista, el segundo, según él, del club gijonés, sí tiene claro que cuando acabe la temporada «quiero puntualizar que no me quedaré tranquilo porque en el Sporting pasan cosas raras y contaré lo que está pasando. Serán otros los que tendrán que dar explicaciones a la afición».

Desde su experiencia en el fútbol, especialmente en el Sevilla, tiene claro que «no son matemáticas donde dos y dos suman cuatro. Pero cuando se hacen bien las cosas suele entrar la pelotita, todo lo contrario de cuando se realizan mal, que el balón pega en el poste y sale fuera. Todo tiene que ver. En muchos clubes se ha repetido esta historia y hay que saberlo».

González de Caldas vuelve a reiterar sobre el Sporting que «siento que serví para poco y pienso que había que poner los pies en el suelo para que no vuelva a pasar aquella difícil situación. Espero que se salve el equipo para que pase esta gran pesadilla a la afición y entonces hablaremos constructivamente para que se enteren todos de las cosas. No quiero ahora hacer nada que pueda restar a la entidad. Nuestro club va de mal en peor y el año pasado nos salvamos por la campana. Pido a la afición que ahora apoye a muerte, que luego habrá luz y taquígrafos. Hay que reestructurar la entidad para que la afición disfrute».