La decisión tuvo algo de improvisado y otro tanto de premeditado. En las últimas semanas, Pacheta no se encontraba a gusto con las decisiones arbitrales. Tras la derrota ante el Atlético de Madrid B, el técnico se mostraba partidario de emitir una queja desde la sala de prensa, pero el resultado desfavorable le echó atrás. Podía parecer una pataleta por la derrota. Después de La Roda el enfado subió algunos grados. En opinión de algunos jugadores, no eran tanto las decisiones en el campo como la actitud de algunos colegiados cuando les tocaba arbitrar al Oviedo. El domingo Pacheta estalló.

«El árbitro no dice la verdad en el acta. Me llamarán "tribunero", pero el estoy cansado e indignado», exclamó el técnico en rueda de prensa una hora más tarde de lo normal, blandiendo en su mano el acta del partido y un iPad con la jugada que dio origen a la protesta en cuestión. «Pacheta decidió hablar sobre este tema porque los árbitros nos venían perjudicando en los últimos partidos», expresa Pelayo. «El míster dijo lo que tenía que decir. Los arbitrajes no han sido muy favorables desde que he llegado aquí», afirma Teo en la misma línea.

La victoria azul, el juego ramplón en el Tartiere o el acercamiento a los puestos de cabeza quedaron así en segundo plano ante la airada protesta azul contra los colegiados. El enfado con los árbitros deriva tanto de las formas como del contenido. Las expulsiones que ha sufrido el conjunto azul en las últimas jornadas han sido la gota que colma el vaso. Pascual y Negredo dejaron al equipo con nueve en La Roda, con la misma suerte que corrió Pelayo el domingo. «La segunda amarilla es clara, pero la primera... Me condicionó el resto del partido y eso que estaba haciendo un partido muy limpio en cuanto a faltas», reflexiona Pelayo.

Los motivos para la protesta se acentúan si se mira el saldo total de la temporada en cuanto a expulsiones. El Oviedo ha visto diez rojas hasta la fecha, incluyendo la de Pacheta. Además de las citadas expulsiones de Pascual, Negredo y Pelayo, los jugadores azules han visto el camino de los vestuarios antes de tiempo en otras seis ocasiones: otra vez Negredo (contra el Toledo en el Tartiere), Dani Barrio (en El Molinón), Aitor Sanz y Rubiato (ante el Getafe B) y Owona (ante el Coruxo y en Vallecas).

La marca es especialmente negativa si se compara con rivales de la misma naturaleza en la tabla. Sólo el Castilla supera los registros azules. El filial blanco ha visto hasta la fecha trece rojas, una de ellas de su técnico, Toril. En la parte alta de la tabla, el Tenerife ha sufrido siete expulsiones (una de ellas de su entrenador, Tébar); el Albacete, cinco (dos de ellas de Antonio Gómez); el Lugo, tres y el Rayo Vallecano B, once (tres de su entrenador, Jimeno). Además del Castilla, en todo el grupo sólo Toledo, Alcalá y Conquense -los tres con diez rojas- tienen más motivos para la queja que los azules.

La duda se cierne ahora sobre los posibles efectos de la protesta de Pacheta. «Estas cosas suelen volverse en tu contra, pero yo me la juego», expresó el propio técnico en la sala de prensa del Tartiere. «Algunas veces es necesario alzar la voz porque son circunstancias que dentro del campo te crispan y te crean ansiedad», le apoya Teo. «Hay momentos en los que hay que decir las cosas. Nosotros debemos centrarnos en entrenar y competir lo mejor posible», le secunda Pelayo. «Tenemos que intentar evadirnos», sentencia Teo.