Oviedo, N. A.

Pacheta, original a la hora de poner nombre a las cosas, encontró la definición más positiva a lo que otros vieron como un churro. «Fue un gol de fe», aseguró el técnico minutos después del final del partido. El resultado, además de tres puntos básicos en la lucha por los puestos de «play-off», sirvió para que Teo se estrenara como goleador azul. «No es el gol más bonito del mundo pero también vale», señala Teo con una sonrisa después del entrenamiento de recuperación que ha llevado a cabo en El Requexón. «Es una alegría muy grande. Como siempre digo, nunca sabes cuándo va a llegar el siguiente gol, así que hay que celebrar todos».

A pesar de llevar sólo cinco partidos en el Oviedo, el centrocampista muestra un nivel de integración sorprendente a estas alturas. «Intento ubicarme lo antes posible en el equipo y en el club que me toque para entrar rápido en su dinámica. Ha sido fácil porque los compañeros y el cuerpo técnico me están facilitando las cosas», explica. Una forma de ver el juego que se adecua sus condiciones también ha sido decisiva para ver la mejor versión del futbolista. «Soy un jugador rápido e intento hacer lo que me piden. Éste es un sistema que me viene bien a mis características, es cierto», indica el extremo.