Curioso el mundo de los estadísticos, que primero anuncian urbi et orbi que los cinco goles de Messi han sido únicos en la historia, para precisar más tarde que son únicos en la Liga de Campeones, que en la Copa de Europa otros diez futbolistas lograron tal marca. La precisión es fundamental porque los otros diez futbolistas no fueron considerados por ello los mejores de la historia. O sea, que la broma de que la Copa de Europa era en blanco y negro se mantiene. Y el bombo no se detiene.

Es curioso el fútbol actual donde lo más cercano es lo mejor. Realizan una encuesta sobre los jugadores del Real Madrid y hay mayoría de recientes, olvidados tantos otros, algunos de forma vergonzosa. Porque que Gento no figure en el mejor equipo de la historia blanca es un bofetón al sentido común y una prueba de que la encuesta que lo ignora no vale para nada. Es como si en el mejor equipo de la historia del Sporting no figurara Enzo Ferrero Águila porque los encuestados sólo llegaron a ver a Diego Castro.

Curioso mundo del fútbol de hoy donde el acontecimiento de la semana puede ser una comida de una plantilla o una historieta que cuenta un amigo de un amigo de un futbolista que pasaba por allí. Los que van a pasar por aquí van a ser los futbolistas del Sevilla, que llegarán hoy y jugarán mañana ante un Sporting cargado de necesidades. Las localidades se están vendiendo a buen ritmo, las cartulinas del mosaico gigantesco se van colocando en los asientos y los jugadores realizan hoy el último entrenamiento para pulir los detalles de un partido crucial. O ji o ja, que diría el clásico. Nada será lo mismo tras la visita del Sevilla de Míchel, que recordaba no hace tanto a Juanito en un programa de televisión al que se sumaron Valdano, que contó anécdotas muy sabrosas, o Cañizares, quien dijo del desaparecido que llegó a entrenar al Mérida arruinado, con un coche pequeño y «sin vestuario». El nivel futbolístico se mide por el modelo de coche y por los modelos de ropa que se exhiben. Butragueño iba al entrenamiento en un utilitario, en prueba quizá de inteligencia porque pasan los años y ahí sigue.

La cuestión o el asunto no están lejos de aquí, sino en el partido de mañana, que llega después de la reaparición de José María González de Caldas, que no se esconde a la hora de replicar al primer accionista, José Fernández, y, por lo que se ve, antiguo amigo suyo. El fútbol es muy dado a terminar con las amistades.

Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿quién le da vela en este entierro a un conocido piragüista para que vaya contando intimidades, al parecer falsas, del mundo rojiblanco? En el mundo del vale todo ya nada debe sorprendernos. Incluso que Álvaro Cervera, aquel buen extremo, sea el nuevo entrenador de un Racing de Santander que no sabe dónde está su dueño, un indio al que jalearon los políticos cántabros que ahora se esconden debajo de la mesa para que no se les recrimine su ojo clínico. Pero en cuestiones de ojo clínico no son los únicos que tienen que meterse debajo de la mesa; hay una legión de aspirantes.