Soñé que Mourinho había insinuado que él y Guardiola eran muy parecidos, pero cuando desperté resultó que no era un sueño. ¿En qué se parecen Mourinho y Guardiola? Son dos animales racionales, dos bípedos implumes de uñas planas, dos organismos basados en la química del carbono, dos entrenadores de fútbol. Fin de los parecidos. ¿En qué se diferencian? Se me ocurren dos millones trescientas veinticinco mil diferencias? No, un momento, son dos millones trescientas veintiséis mil diferencias, porque acabo de caer en la cuenta de que la sonrisa de Mourinho da más miedo que la sonrisa de Sheldon Cooper cuando enseña los dientes. La diferencia más importante es que Guardiola no avergüenza a los culés en las ruedas de prensa, mientras que las de Mourinho producen vergüenza ajena en una cantidad similar al producto interior bruto de Canadá. Un momento. Se me acaba de ocurrir la diferencia número dos millones trescientas veintisiete mil. Conan el Bárbaro y Arturo. El Barça de Guardiola se parece mucho a Camelot, La Masía es una especie de Mesa Redonda, Messi es Lanzarote del Lago, la conexión Xavi-Iniesta es Excalibur y Guardiola es un rey Arturo con dudas, es decir, más humano. El mundo de Los Otros es el mundo bárbaro y cruel de Conan, un mundo de espada y brujería lleno de fantasmas, brujas y demonios inventados por su entrenador. En la película «Conan el Bárbaro», Conan dice a un general mongol que lo mejor de la vida es aplastar a los enemigos, verles destrozados, oír el lamento de sus mujeres. Mourinho el bárbaro quiere aplastar al Barça, ver destrozado a Guardiola y oír el lamento de los culés. Es probable que Mourinho gane la Liga con sus cimerios porque así lo dice la contundencia de sus victorias, pero en Camelot estamos preparando el asalto al Santo Grial de la Copa de Europa y, además, jugaremos una maravillosa final de Copa. Será estupendo escuchar a Guardiola y Bielsa antes y después del partido, mientras Conan el Bárbaro medita en su cueva cómo convertirse en Conan el destructor.

Si el parecido entre Mourinho y Conan fuera completo, todos seríamos más felices y no pasaríamos tanta vergüenza ajena. En «Conan el Bárbaro», Conan sólo habla siete minutos. ¿Se imaginan que Mourinho sólo hablara siete minutos en toda la Liga? Qué buena noticia para el fútbol y para la autoestima del PIB de Canadá.