El inglés Adrian Newey, diseñador del coche con el que el alemán Sebastian Vettel y Red Bull dominaron durante los dos últimos años y medio la F1, está considerado el "gurú" de la aerodinámica, lo que le convierte en uno de los profesionales más valiosos de la categoría reina del motor.

Newey es el padre del monoplaza con el que Vettel ha logrado veinte de sus 21 victorias, cinco de ellas la temporada 2010, cuando le "quitó" el título en la última carrera, en Abu Dhabi, al español Fernando Alonso.

Y once durante el año pasado, en el que Vettel y la escudería austríaca de la bebida energética "arrasaron"' en el Mundial, que dejaron virtualmente sentenciado a mitad de una temporada en la que el Red Bull arrancó desde la primera posición de la parrilla en todas las carreras menos una, la de Corea del Sur, donde la cedió al inglés Lewis Hamilton (McLaren).

En quince ocasiones lo hizo el propio Vettel, que también batió durante el pasado curso el récord de 'poles' en una misma temporada que detentaba el inglés Nigel Mansell, que en 1992 -el año que ganó su título mundial- salió catorce veces desde la primera posición.

El ingeniero "estrella" de la Fórmula Uno vio la luz hace 53 años en Stratford-upon-Avon, patria de William Shakespeare, y se vinculó a los circuitos a finales de la década de los ochenta, con la escudería March, en una época en la que la aerodinámica no jugaba un papel fundamental en el diseño de los monoplazas.

Newey no destacó en su primer equipo y Williams, la escudería que lleva el apellido de Sir Frank y fue fundada por éste y Patrick Head en 1977, aprovechó su salida de March para contratarlo a finales de 1990.

Un año después, Williams rozó la victoria con el británico Nigel Mansell -el cuarto piloto con más triunfos en la historia de la F1, con 31-, al que finalmente en 1992 Newey le entrega el coche ganador con el que lograría su único título.

La temporada siguiente diseñó el monoplaza con el que el francés Alain Prost -que ya había ganado los títulos en 1985, 86 y 89 con McLaren y al que sólo supera en victorias en F1 el alemán Michael Schumacher- celebró su cuarta corona.

Y en 1994, la primera temporada triunfal del 'Kaiser' -que logró los dos primeros de sus siete títulos ese año y al siguiente con Benetton (el resto, entre 2000 y 2004 con Ferrari)- Williams no ganó el de pilotos, pero firmó su tercer título consecutivo de constructores.

Tras el segundo título de Schumacher, Williams festejó a dos nuevos campeones: el inglés Damon Hill, que ganó en 1996, y el canadiense Jacques Villeneuve, vencedor en 1997.

Newey pasó luego a McLaren, escudería para la que conquistó dos títulos, en 1998 y 1999, el finlandés Mika Hakkinen, que aún le peleó el de 2000 a Schumacher, que comenzó a forjar a partir de ahí su leyenda: un reinado deportivo que llegó a su fin en 2005 con el primero de los dos títulos de Fernando Alonso con Renault.

Red Bull -propiedad del magnate austriaco Dietrich Mateschitz- compró Jaguar y debutó en Fórmula Uno en 2005. A finales de esa temporada anunció el fichaje de Newey, que no diseñó el coche de 2006, pero sí intervino en el de los años siguientes, perfeccionándolo hasta lograr las primeras victorias en 2009.

Fue Vettel -que había ganado su primer Gran Premio un año antes, a bordo de un Toro Rosso, en Monza- el que inauguró el casillero de triunfos de Red Bull, en China, donde firmó, en la tercera carrera de 2009, un doblete junto a su compañero australiano Mark Webber, que ha logrado sus siete victorias en F1 para la escudería que dirige el inglés Christian Horner.

Cuatro de ellas en 2010, la temporada del primer mundial del pequeño 'Kaiser', que 'voló' hacia su segundo título el año pasado y será el hombre a batir durante éste. En un bólido diseñado por Adrian Newey.