Javier Clemente, entrenador del Sporting, sabe que el partido de esta noche en El Molinón ante el Mallorca es una prueba de fuego. El míster tiene confianza en que «en casa los de abajo jugamos mejor que fuera y tenemos además el gran arma de la afición que siempre es estable y ayuda mucho. El partido será difícil y duro porque los equipos de Caparrós son aguerridos, cierran muy bien, tienen buenos conceptos defensivos, son costosos de ganar y de hacerles un gol porque no dejan muchos huecos. Ahora mantiene una línea aunque sigue en zona complicada».

El técnico vasco es consciente de la mala situación del equipo gijonés y piensa que los «equipos de cola tenemos más errores y despistes que los de cabeza porque hay menos calidad en el grupo. Estamos trabajando para cerrar el equipo y no encajar tantos goles porque con 45 vas para Segunda sin piedad. Si quedamos con la portería a cero en un mes lograremos como mínimo ocho puntos porque marcaremos cinco o seis goles. Para ganar hay que saber defender y atacaremos bien. El mejor ataque es una buena defensa y no al revés».

Clemente también tiene claro sobre su equipo que hay muchas cosas que entrenar, como «conceptos de juego que si no introducimos seríamos seguro los últimos. Algunos son básicos. Hay que repetir y si se falla seguir animando hasta hacerlos bien. En la barrera ante el Granada se movieron y ya hablé con Mendy de que el objetivo es que pegue el balón en ella y que no nos cueste un gol. Es algo involuntario el abrirse, de desconocimiento y también de tener miedo. Algunos internacionales que ganan muchos millones a la hora de tirar en una tanda de penaltis importante no se atreven y otros lo tiran por encima de la portería 25 metros».

Cuando se le habla de por qué no juegan algunos y no apuesta por los veteranos en situaciones críticas, el de Baracaldo matiza que «pongo a los que considero que van a rendir más. Me llamaron porque el equipo estaba mal y para hacer cambios. Después de siete meses jugando los mismos y estando el equipo abajo ya sé el nivel que pueden dar. Había que variar la trayectoria y el estilo de juego. En cuatro partidos se encajan 17 goles y vas para Segunda de forma irreversible. ¿Eguren de central? Coincidió esa posición en el entrenamiento al repartir los equipos, pero ni de coña. Quizá si hubiera una defensa de cinco...».

En cuanto al calendario que resta, lo ve con optimismo el entrenador rojiblanco. «Tenemos que luchar y apretar en casa como ante el Atlético de Madrid o Sevilla hasta el final para salvarnos. Debemos ir a ganar los 11 partidos aunque es más fácil vencer en casa. Hay que analizar la temporada de resultados y los goles metidos y encajados. También las acciones de ataque que se hacían y las que hacemos ahora. Como el nivel defensivo que realizamos porque estamos cambiando para ser más competitivos», señala.

Otro de los temas que afronta es apostar por la cantera, porque «tienen buenas condiciones para jugar en Primera aunque a veces son irregulares. No tengo miedo de tirar de los jóvenes e igual hay que subir alguno más porque hay seis apercibidos de sanción. ¿Mendy? Tiene que jugar porque da agresividad al equipo arriba y es el que más fortaleza y vida da al juego. Aprenderá a mejorar en muchas cosas. Es un tío para no dejarle de la mano y como él hay varios».