La mejor manera de olvidar el partido de Granada es logrando una victoria esta noche ante el Mallorca. Ya se sabe que el Sporting de esta temporada tiene dos caras enfrentadas. En El Molinón enseña los dientes, es un equipo aguerrido, entregado, que se deja llevar en volandas por su indesmayable afición y que logra asfixiar al rival. A cualquier rival. Prácticamente nadie gana fácilmente en El Molinón. Lejos de casa, con honrosas excepciones, el Sporting se desploma, enseña todos sus defectos y se convierte en un equipo blandito al que le cuesta un triunfo lograr cualquier botín. Como el tiempo se agota y el margen de error se reduce, esta noche no sirve otro resultado que la victoria. Para lograrla es necesario que comparezca el Sporting de ganar por casa.

En una semana de tres partidos, la primera de la era Clemente, el técnico vasco ha descartado las rotaciones masivas que tanto le gustaban a Preciado. Tanto es así que Miguel de las Cuevas, ya recuperado de la lesión muscular que le impidió jugar los dos últimos partidos, podría ser la única novedad en la alineación inicial de los rojiblancos. El damnificado sería Trejo, que entró en el equipo por la lesión del alicantino. De la convocatoria se ha caído Iván Hernández, quien sólo entró en la citación para Granada desde la llegada de Clemente. Tampoco está Rivera, quien parece que ha caído definitivamente en desgracia.

No se esperan más movimientos, aunque la experiencia reciente demuestra que tampoco se pueden descartar. Podría entrar Nacho Cases o podría incluso variar la posición de algunos futbolistas. Lora podría pasar al centro del campo, Pedro Orfila al lateral y Gálvez al centro de la defensa. Son pequeños matices que pueden cambiarle completamente la cara al equipo. Quizá, al jugar como local, Clemente prefiera darle a su equipo un toque más creativo, lo que se conseguiría simplemente reubicando de esta forma a sus futbolistas.

El de esta noche es, en acertada definición de Clemente, «el partido más importante de la semana». Cuando un equipo entra en esa dinámica en la que sólo juega finales, porque tiene la urgencia de ganar cada choque, el partido más importante es siempre el inmediato. Y el rival más inmediato es el Mallorca de Joaquín Caparrós, un equipo que ha alegrado el pasado reciente de los rojiblancos lo que no quiere decir que vaya a ser un rival fácil. Los equipos de Caparrós nunca lo son.

El Sporting volverá a jugar con doce esta noche en El Molinón. El empuje de la grada está más que garantizado y la presión será inmensa para los jugadores del Mallorca. Ya se sabe que los aficionados no juegan, pero sí que empujan y el Sporting, a falta de otras virtudes, siempre agradece un empujoncito. El partido ante el Mallorca está señalado como uno de esos en los que no se puede fallar. Si se gana, y se cumple la lógica en otros campos, el objetivo estará más cerca.