La derrota del miércoles ante el sólido Mallorca de Joaquín Caparrós ha sembrado aún más dudas en los alrededores del Sporting, que vio dos horas después de finalizado su partido cómo el Villarreal sumaba un inesperado punto ante el líder, Real Madrid, con lo que se aleja cuatro puntos de un Sporting que, en el lenguaje ciclista, está haciendo la goma con la cola del pelotón de salvados, que cierra el equipo levantino.

El Sporting, al contrario que el Real Madrid, no tiene un árbitro que llevarse a la boca. La actuación de Paradas Romero en Villarreal ha reabierto la caja de las tinieblas que guarda con mimo Mourinho y de las Alas Pumariño. El fútbol que tantas veces sonrió a los blancos ha sido cruel con ellos en cuatro días y dos partidos: dos goles de libre directo en los minutos finales, dos empates, cuatro puntos menos de distancia con el voraz Barcelona que anuncia vuelco en la clasificación. El Madrid se lleva a la boca a Paradas Romero porque el capítulo bronce se ha reiniciado. El árbitro es poco capaz, pero el barullo montado en el campo, en la banda y fuera del campo es indigno de un equipo que va líder y de un club que tiene a bien presumir de señorío.

El Sporting, más modesto, no tiene árbitro al que señalar y marcar de por vida. Nadie se acuerda del colegiado del miércoles, aunque quizás haya memoria para los dos desgraciados goles primeros. Sin duda que hay memoria para las dudas que comienzan a revolotear alrededor de la gente joven a la que ha recurrido Javier Clemente para dinamizar al equipo. Aquí se hicieron varias referencias a la dificultad de cambiar el ciclo futbolístico a la vez que se lucha por una permanencia muy complicada. El entrenador del Sporting no se arruga a la hora de meter chavales en la formación titular y ya son tres los que han saltado en las últimas semanas desde el filial al equipo, dejando fuera a ilustres apellidos de las alineaciones más habituales, como Rivera o Iván Hernández. El riesgo de la apuesta es claro, como claro ha sido el entrenador que asegura que algo tenía que hacer para cambiar el signo de los partidos. Las dos derrotas consecutivas y las formas en las que llegaron han provocado un cierto desánimo en las buenas gentes rojiblancas. Pero la Liga está tan liada que dos derrotas seguidas sólo han costado un punto más de distancia con la salvación. Hay que ver la botella medio llena, porque si se quiere ver medio vacía, serían cinco los puntos a remontar, ya que la derrota ante el Villarreal en la primera vuelta fue por tres goles a cero, diferencia más que notable para confiar en superarla en el encuentro pendiente en El Molinón.

Pasado mañana, el Athletic Bilbao en San Mamés. Hace quince días parecía el equipo más en forma, pero dos derrotas consecutivas han bajado sin duda su cotización. Pero va a ser un rival temible porque tiene jugadores en clara progresión hacia la cumbre, incluido el delantero Llorente, a quien pretenden recuperar a marchas forzadas para que vuelva al equipo, que le echa mucho de menos. Pues ante ese rival se juega el Sporting otros tres puntos de salvación. Los que se llevó el Mallorca.