Oviedo

El «enfrentamiento» entre Mourinho y Butragueño rememora el habido entre el entrenador y el de aquella director general del club, Jorge Valdano, el año pasado, que acabó suponiendo la salida del Madrid del argentino.

Las relaciones entre los dos eran claramente malas. Mourinho creía que Valdano hacía de «cortafuegos», que no le apoyaba lo suficiente y que incluso hacía labor de zapa ante el presidente, Florentino Pérez, restándole apoyo.

Después de alguna escaramuza, todo estalló en mayo del año pasado. Mourinho había sido sancionado por la UEFA tras criticar a los árbitros por la actuación en la eliminatoria de la Liga de Campeones con el Barcelona y no asistía a las ruedas de prensa.

Preguntado Valdano después de un partido por esta cuestión, el argentino respondió que «Mourinho va decidiendo con cierto sentido de la oportunidad. Hubo mucho ruido alrededor de su figura en los últimos tiempos y me parece importante que dé un paso al costado y que baje el nivel de decibelios que había».

Sin saberlo Valdano acaba de firmar su sentencia de muerte en el Madrid. Mourinho utilizó como ariete a su portavoz, el también portugués, Eladio Paramés, el cual manifestó que «Jorge Valdano es portavoz del Madrid, no es portavoz de Mourinho, y por eso no sabe de lo que habla: Y se equivoca rotundamente cuando dice que Mourinho ha dado un paso al costado para bajar el nivel de decibelios. Mourinho hablará y hará ruido en el momento que considere oportuno y de forma inequívoca».

Un par de semanas más tarde Florentino Pérez anunciaba que Valdano dejaba el club. El presidente explicó que la salida del director general se debía a «una reorganización deportiva», aunque no pudo por menos que reconocer que no había sintonía entre Valdano y el entrenador.