Oviedo, Antonio LORCA

Jorge Egocheaga está a punto de llegar al campo base del Kanchenjunga (8.586 metros). Si todo sigue por el camino previsto, lo hará mañana junto a su amigo y compañero de aventuras el zamorano Martín Ramos. Para Egocheaga, si finalmente alcanza la cima, éste será su decimotercer «ochomil» y ya sólo le faltará por subir el Lhotse (8.516 metros) para haber llegado a la cima de las catorce montañas que superan los ocho mil metros de altitud.

No es la primera vez que Egocheaga intenta alcanzar la cima del Kanchenjunga, la tercera montaña más alta del planeta, por detrás del Everest (8.848) y el K-2 (8.611). En 2009 una bronquitis le obligó a abandonar cuando se encontraba en el campo 4, a 7.700 metros de altitud. Entonces formaba parte de la cordada del programa «Al filo de lo imposible», compartiendo expedición con Edurne Pasaban, Juanito Oyarzábal, Asier Izaguirre, Álex Chicón y Ferrán Latorre.

Lejos de los fastos de aquella ascensión, Egocheaga se encuentra inmerso ahora en una expedición mucho más cercana a sus gustos. Sin hacer ruido y junto a Martín Ramos, con el que ya coronó el año pasado el Makalu, el asturiano vuelve al Nepal, disfrutando del «trekking» que les llevará mañana al campo base.

Gracias a un «blog» (kangchenjunga2012.blogspot.com.es), colgado en internet e impulsado por Martín Ramos, se pueden seguir los pasos de una expedición que arrancó el 9 de este mes en Kathmandu. Ese día el zamorano daba pistas sobre la dificultad de la empresa: «Ha sido ya difícil tomar la decisión de venir. El enorme esfuerzo que supone una empresa de esta envergadura solamente lo conocen las personas que están a mi lado. No podría seguir soñando si no tuviera el apoyo de la familia, los amigos (los de verdad) y un compañero de lujo. Aun así es muy difícil, pero voy a intentar hacer una de las cosas que mejor sé hacer, subir montañas».

Ayer, tras complicarse el tiempo con una fuerte nevada, Egocheaga y Ramos se protegían en un chozo a la espera de los porteadores, con los que tratarán de llegar mañana al campo base. Una vez allí, arrancará una ascensión en la que el montañero asturiano con más «ochomiles» puede sumar una nueva cumbre. Pero poco le importan los números y los récords a Egocheaga. Él es feliz en la soledad de las montañas más majestuosas del planeta. Y disfruta subiéndolas.